Tras una jornada, la del miércoles, en la que solo faltaron fuegos artificiales para celebrar el 'subidón' de los principales índices, parece que los inversores se habían gastado la única munición que tenían y empezaron la sesión con ventas. Algunos observadores tachaban lo vivido en la víspera, cuando el Dow Jones sumó más de 1.000 puntos, de 'rebote del gato muerto'.

Sin embargo, los índices se comportaron como una montaña rusa. El Dow Jones cerró con ganancias del 1,1%, y sumó otros 250 puntos. Lo llamativo es que hubo momentos durante la sesión en los que el selectivo cayó un 2,7% o 611 puntos.

El Nasdaq se anotó un 0,4% y cerró en 6.579 puntos. El S&P hizo lo propio y acabó la sesión en 2.488 puntos tras añadir un 0,9% al cierre anterior.

Wall Street encara una de las últimas sesiones del año con subidas.

El índice VIX, por su parte, cayó un 2% hasta los 29,78 puntos. El año pasado, por estas mismas fechas, se movía en torno a los 11 puntos. 

En los inversores pesan de nuevo las dudas sobre la auténtica salud de la economía norteamericana. En diciembre, la confianza de los consumidores ha descendido hasta los 128,1 puntos, por debajo de los 136,4 puntos anteriores y de los 133,7 puntos esperados por el mercado. Estas estadísticas se enredan con el cierre administrativo del Gobierno ante la ausencia de acuerdos sobre la financiación federal, algo que además impedirá la difusión de todas las estadísticas económicas previstas para estos días. 

Por compañías, sobresale el comportamiento dispar de las tecnológicas. Las acciones de Apple se dejan un 0,6% y las de Microsoft, suben ese mismo porcentaje. Precisamente Apple es junto a United Technologies las únicas firmas que bajan en el Dow.

Las ventas en la renta variable norteamericana contrastan con las compras en la deuda pública, con el consiguiente descenso de los rendimientos, que bajan cuando el precio sube. La rentabilidad de los bonos estadounidenses a 10 años baja del 2,80% al 2,75%.