La inversión sostenible en España ya moviliza más de 185.000 millones de euros, y en los últimos tres años ha crecido un 10%. Sin embargo, a pesar de este frenético avance, los gestores españoles no están por la labor de que todas sus carteras se tiñan de `verde¿, algo por lo que sí abogan los profesionales de países como Holanda.

Un reciente estudio de CFA Institute, la asociación global de profesionales de la inversión, mide la opinión de los inversores profesionales europeos a la hora de considerar qué papel deberían tener los factores de sostenibilidad en su actividad. Más específicamente, se plantea a los gestores de la Unión Europea si consideran que los reguladores deberían imponer la obligatoriedad de contemplar o evaluar algunos de estos criterios en el análisis genérico y la composición de cualquier cartera o producto de inversión.

El resultado es que, aunque un 85% de los encuestados afirma que es ¿apropiado¿ que los inversores institucionales tengan en cuenta criterios de sostenibilidad y gobernanza en su toma de decisiones, consideran que siempre deberían ser factores optativos a considerar. Un 60% de los gestores europeos considera que cualquier mandato para la toma en consideración de estos factores no debería ser nunca de obligatoriedad para la construcción de carteras. Ni para ellos ni para sus clientes.

Los españoles llevan la delantera en este rechazo a una obligatoriedad normativa. Solo un 34% de los profesionales del país consideran que estos criterios de sostenibilidad deberían integrarse formalmente en sus deberes legales y fiduciarios. Al otro extremo, un 57% de los preguntados por el tema en Países Bajos sí se muestra favorable a esta posibilidad, que por el momento no parece estar en la agenda de los supervisores comunitarios.

El rechazo español de nuevo supera la media cuando se trata simplemente de un mandato legislativo para contemplar en los análisis los factores de inversión `verde¿. Si en el conjunto de la Unión Europea son un aplastante 72% los que rechazan esta posibilidad, a esta ladera de los Pirineos la negativa se amplía hasta el 78%. Esta cota tan solo es superior en Luxemburgo, la meca europea de las finanzas y las instituciones de inversión colectiva. En el Reino Unido que se prepara para el Brexit el rechazo alcanza el 75%, siempre según el estudio de CFA.

QUÉ ES SOSTENIBLE Y QUIÉN LO DECIDE

La dominancia de firmas de gestión con enfoque `value¿ en el panorama independiente español, así como el indiscutible protagonismo de los grandes grupos bancarios, hacen del mercado nacional un caso singular en esta materia. No es de extrañar, por tanto, que sean casas extranjeras las que están liderando la creación de nuevos productos de inversión socialmente responsable (ISR) y la captación de fondos en este segmento. Un abultado catálogo de fondos cotizados (ETF) sobre acciones y bonos ha visto la luz en los últimos meses en el país de manos de estas firmas foráneas.

El estudio que evidencia la reticencia de los gestores españoles a que lo `verde¿ se imponga en toda su actividad también marca la disparidad de criterios que sigue reinando en lo que quiere decir sostenible y lo que no. En este sentido, los responsables de fondos y carteras se muestran ¿preocupados sobre quién crearía directrices sobre qué factores considerar y qué relevancia tendrían¿. Con todo ello, solo un 35% está a favor de una regulación voluntaria, apoyo que se reduce al 24% en el caso de la obligatoriedad normativa.

Si bien ¿la mayoría de profesionales de la inversión en la Unión Europea están utilizando ya los factores de sostenibilidad en el proceso de análisis de inversiones¿, no siempre son determinantes ni excluyentes para la conformación de sus carteras. Así lo explica Svi Rosov, director de Política de Mercados de Capital de CFA Institute y autor del estudio.