Esta ralentización se dio también en el conjunto de la Unión Europea (UE), dónde el incremento del PIB fue del 0,3% entre julio y septiembre, frente al 0,5 % marcado en el segundo trimestre y al 0,4% en el primero.

Además, el incremento intertrimestral del PIB fue el más bajo desde 2014 en los países de la moneda única y desde 2016 en el caso de los Veintiocho.

En comparación con el tercer trimestre de 2017, el PIB ajustado estacionalmente aumentó un 1,7 % en la eurozona y un 1,9 % en la Unión Europea entre julio y septiembre, un incremento interanual también menor que en el trimestre previo (2,2 % y 2,1 %, respectivamente).

En España el PIB avanzó un 0,6% entre julio y septiembre en comparación con el trimestre precedente, tres veces por encima de la media de la eurozona y el doble de la media de la UE.

Además la economía española creció un 2,5 % en términos interanuales, también varias décimas superior a la media de ambas zonas.

España escapó así a la tendencia de ralentización en la eurozona, ya que el crecimiento en los dos trimestre previos había sido también del 0,6 %.

En cuanto al resto de las grandes economías de la eurozona, el PIB descendió un 0,2% en Alemania y se estancó en Italia, mientras que avanzó un 0,2% en Holanda y un 0,4% en Francia.

Sin embargo, pese a los signos de ralentización en algunas economías, todos los países de la UE para los que hay datos disponibles salvo Alemania, Lituania e Italia vieron aumentar su PIB, con Rumanía (1,9 %), Letonia (1,8 %) y Polonia (1,7 %) liderando los aumentos.

La UE y la eurozona crecieron muy por debajo del ritmo de Estados Unidos, que entre julio y septiembre registró un aumento de su PIB del 0,9 % en comparación con el trimestre previo, ligeramente inferior al 1 % que marcó en el segundo trimestre.

En la comparación interanual, el PIB estadounidense creció un 3 % entre julio y septiembre, una décima menos que en el trimestre anterior.

La Comisión Europea, así como otras instituciones como el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional, han advertido ya en los últimos meses de que el crecimiento en la eurozona sufre una ralentización que se materializará al cierre de 2018 y continuará, aunque de forma más moderada, en 2019 y 2020.

Las previsiones macroeconómicas emitidas la semana pasada por el Ejecutivo comunitario apuntan en concreto a que, tras alcanzar en 2017 máximos de una década (2,4 %), el PIB crezca un 2,1 % en 2018, un 1,9 % en 2019 y un 1,7 % en 2020.

Detrás de esta desaceleración se encuentran las tensiones en el comercio internacional, la incertidumbre global y el aumento del precio del petróleo, mientras que el crecimiento pasará a estar más apoyado en el aumento del consumo privado y la inversión.

A nivel interno, el mayor riesgo para las perspectivas económicas europeas lo generan la prevista salida del Reino Unido del bloque y la situación presupuestaria en Italia.

Precisamente el mismo día en que se han conocido estas cifras trimestrales de PIB, el Gobierno y parlamento británico estudian un acuerdo a nivel técnico para el "brexit" que podría evitar el temido escenario de una salida sin pacto.

Sin embargo, el Gobierno italiano se ha negado a cambiar sustancialmente sus cuentas para 2019 como le pedía Bruselas, lo que ha provocado que se dispare la prima de riesgo del país (317 puntos) y alimenta el miedo a un contagio.

Las cifras para la eurozona y la UE publicadas hoy confirman la primera estimación emitida por Eurostat, que ahora efectuará una última revisión y publicará las cifras definitivas del PIB y sus principales agregados el 7 de diciembre. EFE