Cuando el Ibex 35 despidió septiembre el borde de los 9.400 puntos, la sensación de decepción resultaba inevitable. En el marcador del índice lucían unas pérdidas del 6,5% en 2018 que dolían por inesperadas. Un mes después, el desencanto es mayúsculo. Ni 9.400 ni 9.000. El índice de referencia de los mercados españoles afronta la última sesión del mes por debajo de los 8.900 puntos. En los 8.806,1 puntos, para ser exactos, algo que se traduce en que hasta la fecha se deja un 12% en el año ¿sin dividendos- tras un retroceso mensual del 6%.

Como consuelo, puede alegar que esta vez no ha caminado solo en las caídas, puesto que han sido generalizadas. Es más, incluso sus descensos son menores, aunque, claro, antes sus `números rojos¿ también eran mayores. En Europa, el Dax alemán y el EuroStoxx 50 ceden un 7,5% en el mes y el Cac 40 francés, más de un 9%. Y esta vez ni siquiera los principales índices norteamericanos se salvan de las correcciones. El Dow baja más de un 5,5% en octubre; el S&P 500, un 8%; y el Nasdaq 100, un 10%.

DE LA FED AL SUPREMO

El mes empezó marcado por dos cuestiones. La primera, la subida de los tipos de interés que la Reserva Federal (Fed), el banco central de EEUU, ejecutó el 26 de septiembre; y la segunda, el pulso lanzado por el Gobierno de Italia, que a finales de septiembre anunció un déficit público del 2,4% para 2019, el triple de lo pactado por el anterior Ejecutivo italiano y por encima del 1,5% o el 1,6% esperado.

El incremento de los tipos se le atragantó al mercado. Fue el tercero del año, situó los intereses ya en el 2-2,25% -en la Eurozona siguen en el 0%- y, lo que es más importante, confirmó que en diciembre tiene pensado elevarlos otro cuarto de punto. Esta secuencia calentó de nuevo la rentabilidad de la deuda pública estadounidense. El 5 de octubre, el rendimiento de los bonos a 10 años rozó el 3,25%, el nivel más alto desde 2011 y llenó de dudas a Wall Street, puesto que ese interés superior al 3% supone una competencia cada vez mayor y una piedra cada vez más pesada para la economía y las empresas.

También representa un reclamo adicional para el dólar, de nuevo fortalecido en octubre. El euro afronta la última jornada del mes por debajo de los 1,14 dólares y una depreciación mensual del 2%. Aunque, en especial, sobresale la escalada del `billete verde¿ contra el yuan chino. La divisa estadounidense se aprecia un 1,4% contra la del gigante asiático en octubre y alcanza los 6,966 yuanes tras siete meses consecutivos de subidas con la moneda china. Se queda así a un paso de saltar el listón de los 7 yuanes por primera vez desde 2008.

El recorte de las previsiones del Fondo Monetario Internacional (FMI), que el 9 de octubre revisó del 3,9% al 3,7% el crecimiento esperado para la economía mundial en 2018 y 2019, afianzó esas dudas. Sobre todo, extendió el temor al impacto real que puede terminar provocando la tensión comercial alentada por el presidente estadounidense, Donald Trump.

En medio de ese tumultuoso ambiente, España aportó su propia dosis de incertidumbre. La proporcionó el Tribunal Supremo con una polémica sentencia en la que cambió su criterio y estableció que, en adelante, quien debe pagar el Impuesto sobre Actos Jurídicos Documentados (IAJD) en la firma de las hipotecas debe ser el banco, no el cliente. El temor a que esta sentencia, que aún debe ser confirmada en un Pleno que la Sala Tercera del Alto Tribunal celebrará el próximo lunes, tenga carácter retroactivo y cueste entre 2.000 y 17.000 millones de euros a la banca española según el alcance de esa retroactividad, ha pasado una dura factura al sector en el parqué. Y ha sido definitivo para un Ibex en el que ningún otro sector pesa tanto como la banca.

El sector baja en bloque en octubre. Bankia se deja un 19% en bolsa en el mes; Banco Sabadell, un 15%; CaixaBank, un 10%; BBVA, un 9,5%; Bankinter, un 9%; y el Santander, un 4,5%. Fuera del Ibex, Unicaja corrige un 24% y Liberbank, un 15%. 

Aunque no han sido los peores. Ese 'honor' ha recaído en la cadena de supermercados Dia, que se hunde un 65% en octubre tras recortar sus previsiones de negocio y suspender el dividendo. Y Viscofan cede un 17% tras revisar a la baja sus previsiones de beneficios.