Los detalles los ha aclarado la titular de Hacienda, María Jesús Montero, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, en la que ha aclarado que el tributo se centrará en las entidades que actúan como intermediarios financieros y que tendrá liquidación mensual.

El Impuesto sobre las Transacciones Financieras, conocido como 'tasa Tobin', consiste en gravar con un 0,2% las operaciones de compra de acciones españolas ejecutadas por operadores del sector financiero.

Solamente se someterán a la tributación del 0,2% las acciones emitidas en España de empresas cotizadas cuya capitalización bursátil sea superior a 1.000 millones de euros. No se gravará la compra de acciones de pymes y empresas no cotizadas. Por encima de este umbral de capitalización se mueven actualmente unas 40 cotizadas del Mercado Continuo, mientras que la mayoría de 'chicharros' en los que se concentra la especulación de compraventas diarias o a corto plazo quedan por debajo de esta marca.

Quedan fuera del ámbito del Impuesto la deuda, tanto la pública como la privada, y los derivados. Según el Ejecutivo, se trata de una medida que proponen e impulsan 10 países de la UE. El Gobierno calcula que ingresará unos 850 millones por esta nueva figura tributaria.