Divididos entre reducir la contaminación y preservar la competitividad de la industria, los ministros de medio ambiente de la UE reunidos en Luxemburgo hablaron durante más de 13 horas hasta casi medianoche para llegar a un acuerdo sobre qué límites de emisiones de dióxido de carbono imponer a las poderosas automovilísticas de Europa para 2030.

"Tuvimos una discusión realmente complicada", dijo el comisario europeo de clima, Miguel Arias Cañete, sobre el compromiso que obtuvo el apoyo de 20 naciones, con cuatro votos en contra y cuatro abstenciones. "Nunca creí al principio que se obtendría un apoyo tan fuerte", agregó el español.

Las reglas finales ahora se establecerán en conversaciones que comenzarán el miércoles con los otros dos organismos legislativos de la UE: el Parlamento Europeo, que busca una meta más ambiciosa, y la Comisión Europea, que propuso una más baja.

En una declaración conjunta previa, los ministros de la UE expresaron su profunda preocupación por un informe de Naciones Unidas que pedía una acción rápida y sin precedentes para contener el calentamiento global y un compromiso renovado con el acuerdo climático de París 2015.

Varios países buscaron una reducción mayor al 40%, en línea con los objetivos respaldados por los legisladores de la UE la semana pasada, pero suavizaron su posición en las conversaciones.

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