La moneda turca ha caído hasta un cambio de 6,14 unidades por dólar, un 5,3% menos que su valor del cierre de ayer (5,83 liras por un dólar), y registraba una pérdida del 5,2% respecto al euro, que se cambiaba por 7 liras.

En las primeras horas de esta mañana, la lira continuaba su recuperación tras la depreciación que el lunes adquirió proporciones de desplome al caer a mínimos históricos de 7,2 liras por dólar y 8 liras por euro. El retroceso de este viernes coincidió con la decisión de una tribunal turco de rechazar, por tercera vez, la petición de puesta en libertad del religioso estadounidense Andrew Brunson, en prisión preventiva desde hace casi dos años.

La negativa turca de liberar a Brunson como lo exige EEUU ha provocado una escalada de tensión entre Washington y Ankara, con la mutua imposición de aranceles, y ha acentuado la crisis de la moneda turca.

Aunque lleva años con tendencia bajista, el descenso de la lira se aceleró en los últimos tres meses y se convirtió en caída libre en agosto. Sin embargo, se inició una lenta recuperación comenzó después de que el Banco Central turco lanzara el martes una licitación para depositar dólares a cambio de liras con un tipo de interés del 19,25%, es decir, 1,5 puntos porcentuales más que la tasa básica. El banco emisor también ha incrementado los intereses en algunos depósitos concretos y se han limitado las transacciones de bancos turcos con inversores extranjeros.

Por su parte, el Gobierno turco negó ayer que el país necesite un rescate del Fondo Monetario Internacional (FMI) y prometió reformas para reducir la elevada inflación y aumentar el superávit primario. "En la lucha contra la inflación utilizaremos todas las tácticas que el Banco Central necesite", prometió el ministro de Finanzas, Berat Albayrak.

Numerosos economistas coinciden en que el banco emisor debería aprobar una subida drástica de los tipos de interés -actualmente en el 17,75%- una política a la que se ha opuesto hasta ahora el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan.

Paralelamente a la guerra comercial, los dos países tienen frentes diplomáticos abiertos, especialmente por la negativa turca de ceder a la exigencia de Washington de poner en libertad al sacerdote protestante Andrew Brunson, que lleva casi dos años en prisión preventiva en Turquía bajo acusaciones de "vínculos terroristas".

Washington advirtió ayer de que "planea" nuevas sanciones a Turquía si no libera a Brunson.