En su mes como gobernador del Banco de España (BdE), Pablo Hernández de Cos, está dejando claro que la detección pronta de futuras crisis o problemas económicos y financieros va a ser una obsesión para él. Lo dejó claro en su toma de posesión oficial, a finales de junio, y lo ha constatado este jueves en otra toma de posesión, la que determina su entrada en el Consejo de Estado, en la que ha lanzado su primer 'recado' al Gobierno de Pedro Sánchez, que la semana pasado suavizó sus metas de déficit público para 2018 y 2019.

"Haciendo uso de mi recién estrenada condición de consejero, diría que el consejo rector sería evitar caer en la complacencia y, por el contrario, aprovechar la expansión económica para adoptar las medidas que permitan alcanzar un crecimiento sostenible, un mayor grado de estabilidad y un margen de maniobra más amplio ante eventuales crisis futuras", ha expuesto en su discurso. Apoya esta actitud vigilante en otra afirmación: "Este consejo nace de un diagnóstico que conviene enfatizar: la economía española todavía mantiene importantes elementos de vulnerabilidad".

Hernández de Cos no se ha quedado en la superficie. Y ha precisado los que, a su jucio, son las principales debilidades que la economía española aún soporta."Entre ellos, resaltaría un endeudamiento exterior elevado, un nivel de deuda pública cercano a su máximo histórico, una tasa de desempleo que duplica los niveles de nuestros socios europeos y un sistema financiero que se enfrenta a retos considerables; todo ello, en un escenario en el que la economía deberá afrontar el impacto del fenómeno del envejecimiento poblacional y el problema estructural de la baja productividad".

Siguiendo con esta argumentación, ha demandado que "en este contexto se hace necesario, en primer lugar, ahondar en el proceso de consolidación fiscal". Y ha añadido: "El elevado nivel de deuda pública perjudica las condiciones de financiación de la economía, limita los márgenes de actuación contracíclicos de la política presupuestaria y obliga a dedicar un volumen elevado de recursos al pago de la carga de intereses". Esta advertencia cobra un significado mayor porque el Gobierno rebajó la semana pasada sus objetivos de déficit. El de 2018 pasa del 2,2% al 2,7% y el de 2019, del 1,3% al 1,8%.

Sin salir de este terreno, ha señalado que "existe margen, además, para que el proceso de consolidación fiscal sea compatible con una revisión de la estructura de ingresos y gastos públicos, de forma que se mejoren su eficiencia y su contribución al crecimiento, al mismo tiempo que se debe fomentar un mayor grado de corresponsabilidad fiscal en los distintos niveles de la Administración Pública".

El nuevo gobernador, que relevó a Luis María Linde en junio, recomienda adicionalmente adoptar medidas porque varios de los 'aliados' con los que la economía española ha contado en los últimos años tenderán a reducirse. En concreto, menciona dos: "El efecto de estos impulsos -el monetario y el fiscal- tenderá a agotarse gradualmente en los años venideros".

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