Por Saikat Chatterjee

La tensión está creciendo de cara al 6 de julio, día a partir del cual Washington impondrá aranceles a productos importados de China por valor de 34.000 millones de dólares. Dos sondeos recientes sobre manufacturas chinas mostraron una desaceleración en la actividad, en parte por menores exportaciones.

Las disputas comerciales han agitado los mercados de acciones desde Alemania hasta Corea del Sur, llevando a los inversores a recortar su exposición a monedas de buen rendimiento, como el yuan y el dólar australiano.

Ante la fortaleza del dólar, BNP Paribas redujo su proyección para fin del 2018 para el euro y la libra esterlina. El euro se veía afectado también por nuevas polémicas en Alemania en torno a la política migratoria.

Las posiciones largas en dólares aumentaron por segunda semana consecutiva, mientras que las de euros retrocedieron a mínimos en casi dos meses. Las apuestas al franco suizo a largo plazo tenían cierto respaldo como activo de resguardo.

"Más que los desarrollos políticos alemanes, los temores a un creciente conflicto comercial son más preocupantes para los mercados globales en esta etapa y eso mantendrá a raya el apetito por el riesgo", dijo Esther Maria Reichelt, analista de Commerzbank FX.

El lunes, el euro caía 0,5 por ciento a 1,1633 dólares durante las operaciones en Londres. En junio, la moneda única registró su tercer declive mensual consecutivo frente al dólar. El dólar ampliaba sus ganancias frente al yen hacia un nuevo máximo de seis semanas a 111,06 unidades.

Si bien los analistas prevén que el daño económico directo de los aranceles se mantenga relativamente controlado, al menos por ahora, muchos creen que la reversión de la globalización tendrá un impacto negativo en los próximos años, reduciendo las expectativas de crecimiento de las empresas a más largo plazo.