Con este premio se reconoce tanto la formidable trayectoria bursátil como la sólida marcha empresarial de la compañía con sede en Bilbao. Durante el pasado ejercicio, la facturación del grupo creció un 29%, hasta los 3.724 millones de euros, en tanto que su beneficio aumentó casi un en un 33%, hasta los 215,4 millones. En el primer trimestre de 2018 ha dado continuidad a su crecimiento, con unas ganancias de 66,1 millones, superiores en un 21% a las obtenidas en el mismo periodo de 2017.

Para 2020, ejercicio en el que concluye el plan estratégico que la empresa presentó en 2016, aspira a tener un beneficio próximo a los 300 millones de euros, después de que el buen comportamiento de los últimos años haya animado a sus gestores a incrementar este año las metas de esa hoja de ruta. Si en un principio se había propuesto duplicar para 2020 los 118 millones ganados en 2015, ahora pretende multiplicarlos por 2,5 veces.

Además, CIE está reduciendo su carga financiera. Su deuda financiera neta, que en 2009 equivalía 4,6 veces su beneficio antes intereses, impuestos, devaluaciones y amortizaciones (ebitda) y en 2014 se movía en torno a las 2,5 veces, ha descendido ya hasta las 1,6 veces y el objetivo de la empresa consiste en rebajarla hasta el nivel en el que se encuentra el ebitda en 2020.

REFLEJO EN BOLSA

La buena marcha de la compañía está teniendo su reflejo en el parqué. En el conjunto de 2017, sus títulos se revalorizaron un 30,5% y en lo que va de 2018 acumula una subida del 40%. Esta ascensión ha llevado a su cotización a máximos históricos, situada en torno a los 35 euros, y a su capitalización a superar con holgura los 4.000 millones de euros.

El valor ha corrido tanto en bolsa en los últimos meses que incluso ha dejado atrás el precio objetivo que le otorga el consenso de mercado que recoge Thomson Reuters, que se sitúa en los 28,45 euros. Eso sí, el valor cuenta con un amplio respaldo por parte de los analistas. De los nueve que siguen a la empresa, cinco aconsejan comprar sus acciones; tres, mantenerlas; y uno, venderlas.

CIE se sitúa así entre las compañías españolas con mayor valor bursátil. De hecho, CIE es la gran favorita para entrar en el Ibex 35 y ocupar el hueco dejado por la empresa de infraestructuras Abertis. El Comité Asesor Técnico (CAT) anunciará su decisión al respecto este jueves.

Presidida por Antón Padrera y con Jesús María Herrera como consejero delegado, el grupo industrial, que inició su andadura en 1996 pero que realmente resultó de la fusión entre Grupo Egaña y Grupo Aforasa en 2002, ha afianzado en los últimos años su posición como proveedor global de componentes y subconjuntos para el mercado de automoción. Su orientación es claramente internacional. En el conjunto del pasado ejercicio, Europa supuso el 30,5% de su facturación; la zona NAFTA, el 24,9%; MCIE Europa, el 17,3%; Asia, el 16,7%; y Brasil, el 10%. A finales de 2017, la plantilla alcanzaba los 30.961 empleados