En concreto, ha elevado en tres puntos porcentuales, del 13,5% al 16,5%, el interés que aplica en la ventanilla de préstamo a los bancos, en tanto que ha dejado el resto de sus intereses sin cambios. Con esta medida, el Banco Central de la República de Turquía, intenta contener la fuerte caída de su divisa, la lira turca. 

En un primer momento, lo está consiguiendo. La lira, que había llegado a depreciarse más de un 5% contra el dólar, ha pasado a apreciarse más de un 2%, para luego moderar ese ímpetu y subir en torno al 1%, hasta las 4,62 liras por dólar.

Pese a esta subida, la lira se mueve en zona de mínimos históricos contra el dólar. En lo que va de año, ha perdido un 19% de su valor contra el 'billete verde'.

El hundimiento de la lira turca se está produciendo junto al de otras divisas emergentes, como el peso argentino o el ral brasileño. La apreciación del dólar y el incremento de la rentabilidad de los bonos estadounidenses influye en sus caídas, aunque las circunstancias particulares de las divisas agravan también los impactos. En el caso de Turquía, el deseo del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, de controlar más el banco central turco ha acentuado la caída de la lira en las últimas semanas.