Por Maite Nieva.

A menos de un año para que concluyan las negociaciones sobre el Brexit entre la Unión Europea y Reino Unido, apenas hay acuerdos claros y quedan todos los retos por delante. "No hay Brexit suave y nadie está preparado, según indica la reconocida experta en asuntos de regulación financiera de la Unión Europea", indica Kamerling, que fue asesora especializada en servicios financieros en el Parlamento Europeo durante seis años, después de ocupar varios  cargos como banquera durante 15 años. Entre otros, Senior Banker en la División de Clientes Globales de ING.

Pregunta: ¿Cuáles son los principales retos que plantea el Brexit  a la Unión Europea cuando apenas queda un año para que Reino Unido la abandone formalmente?

Respuesta: Yo diría que quedan todos los retos. Hay un acuerdo sobre un  periodo de transición que abarcará del 29 de marzo de 2019 al 31 de diciembre de 2020 para dar  tiempo a las empresas a adaptarse a la nueva relación comercial, pero la transición ya está cuestionada. El Reino Unido tiene que aplicar las leyes durante ese tiempo pero no tiene derecho a negociar. Para ellos es una posición bastante incómoda y personalmente no sé  si esa transición va a mantenerse o no. La transición es difícil porque el Reino Unido se va a sentir en posición inferior. Es un regalo envenenado. Y a mi parecer, no van a querer tener una transición muy larga.

Todo Brexit es duro, no hay Brexit suave. Hay un país que se va y el Tratado de la Unión Europea aplica unos artículos legales y no deja espacio para crear divergencias. No se puede negociar esa salida. Esta fecha ha sido escogida porque  finaliza el periodo de los  Presupuestos Europeos y tiene una lógica. Lo que se puede negociar es el después, pero una vez que Reino Unido está fuera es difícil saber cuánto tiempo va a seguir siendo amigo, conocido o nada y en ese caso habría que renegociar todo. El Brexit es político y tiene un componente emocional muy fuerte. Y eso no facilita las discusiones entre Reino Unido y el continente.

P.: ¿Están preparadas ambas partes para hacer frente a los cambios que conlleva la salida de Reino Unido de la Unión Europa en el mercado bancario y financiero?

R.: Yo creo que nadie está preparado. El reto es muy fuerte porque de aquí a marzo de 2019 las empresas tienen que estar preparadas para afrontar el muro que supone el Brexit cuando finalice el periodo de negociación.

Hay bastante incertidumbre y creo que el primer año post Brexit va a haber una caída de la inversión. Uno de los aspectos que más preocupan a los inversores europeos, según las encuestas que hemos hecho en CFA, es la transparencia de la información así como las leyes que se van a aplicar en el mercado financiero tras el Brexit. El inversor privado y el institucional no saben todavía cómo se va a solucionar  aspectos que se le plantean a la empresa que está en Reino Unido y quiere vender en Europa o viceversa.  

Hay una concienciación general de que nos queda un año y en ese tiempo hay mucho que hacer porque afecta también a terceros mercados. Recientemente el embajador de Japón en Reino Unido hizo algunos comentarios alertando a las empresas japonesas de estar preparadas para un Brexit duro. Las empresas japonesas fueron a Inglaterra para tener entrada al mercado europeo y el escenario que queda tras el Brexit va a ser bastante diferente de lo que esperaban.

P.: ¿Cómo se está preparando la Unión Europa para hacer frente al impacto que va a tener el Brexit en el sector bancario y en el mercado de capitales ?

R.: El mercado bancario europeo es un sistema organizado y tiene unas reglas. Además, el 80% de los activos de la eurozona están en la Unión bancaria pero el mercado de capitales está muy fragmentado.  Hay una serie de acciones pero no hay un sistema. Y no hay que olvidar que el modelo es inglés y es distinto en los países del este de Europa y del sur o del norte. Es clave  crear una plataforma de  supervisiones de Europa continental de protección al inversor. Por el momento se hace a base de reglas nacionales pero si queremos crear un mercado donde se puedan vender los productos en otros países de la eurozona hay que establecer una protección a nivel europeo.

A corto plazo uno de los problemas que se presentan es que el 80% del mercado de derivados está en Londres y tras el Brexit hay que renegociar todos los contratos. Hay que hacer una trasmisión de todos los contratos  esto supone negociarlos uno por uno.

P.: La competencia entre países europeos para cubrir el hueco de Reino Unido y posicionarse  en el mercado financiero está provocando una fragmentación ¿a dónde lleva esta estrategia?

R.: El Brexit es un punto clave para decidir qué es lo que queremos. El mercado de capitales es algo típicamente londinense y para el continente, que está dominado por el sistema bancario, es necesario estudiar cómo vamos a crear este mercado. Creo que no vamos a ser un mercado londinense después del Brexit, pero sí podemos a hacer otras cosas. En lo pragmático vamos a mirar referentes de donde hay las mejores prácticas e iremos más despacio pero hay tanta diferencia entre un mercado más anglosajón como el holandés y entre un mercado alemán o francés o español que hay que estudiarlo.

La unión de las seis Bolsas nórdicas ha sido bastante difícil conseguirla en 15 años que llevan juntas. Y si  ha sido complicado para los nórdicos que ya tienen un estilo de capitalismo bastante similar e inversores con perfiles bastante similares,  nosotros no lo vamos a tenemos fácil con 27 países.

P.: La salida de Reino Unido de Europa está a la vuelta de la esquina y no estamos preparados ¿hay riesgo de colapso en el mercado financiero?

R.: No. Seguro que no va a colapsar. La Comisión Europea está creando un sistema de emergencia para poder intervenir rápidamente en caso de problemas. El Brexit, como el cambio al euro o del sistema informático del año 2000 muy complicado las semanas después con el cambio de contratos, pero creo que el Banco Central Europeo está listo para intervenir, así como la Comisión Europea, la Autoridad Europea de Valores y Mercados (ESMA) y los supervisores nacionales.

Sí habrá un periodo de incertidumbre que va a hacer que las inversiones se calmen. Sobre todo los inversores privados van a tener cuidado en no arriesgarse. Habrá oportunidades también porque cuando un mercado es incierto siempre hay más oportunidades.

P.: ¿Cómo será la Europa post Brexit?

R.: La Comisión Europea se está fijando menos en una unión de mercados de capitales  y se está posicionando más en las finanzas sostenibles.

El plan de acción del mercado de capitales llevaba una sola frase sobre la financiación sostenible y ahora tenemos un plan de acción entero sobre esto. Yo creo que Europa se quiere posicionar como innovadora y adelantarse a la gran tendencia  que es la financiación sostenible y en todo lo que es medioambiente y los criterios de responsabilidad  social  corporativa (RSC). Europa está siendo muy ambiciosa en poner este enfoque  al frente de las leyes financieras y en ir más allá de lo que está pasando en EE.UU. En este sentido se  parece más a lo que está pasando en Asia que también está aplicando criterios sostenibles y RSC. Y esto es una indicación de que no se queda sentada  sino que está trazando una vía nueva.

Para el inversor privado es de mucha importancia después de ver los escándalos relacionados con el medio ambiente, como Wolkswagen. El inversor privado lo tiene bastante mal para leer lo que no se puede ver en un balance y creo que esto va a ayudar mucho.

P.: ¿Hacía donde de dirige Reino Unido tras el Brexit? ¿Cree que va a ser la gran perdedora?

R.: No hay que olvidar que Londres no solo era el mercado financiero más grande de la Unión Europea. Es uno de los grandes mercados globales. Y no olvidemos que en la era digital todo va a ser más global.  Yo diría que va a haber una doble tendencia. Por un lado todo  más digital y global, enfocada a la generación ¿milenial¿ y  otra a un baby boomer más pequeña y menos digital que nec esita  asesores financieros especializados. Consumidores e inversores van a tener mucha información pero también hay que saber manejarla  y va a ser más necesario dar educación financiera a los inversores.