Hace una semana, la entidad presidida por Federico Sturzenegger elevó los tipos de interés del 27,25% al 30,25%. Este jueves dio continuidad al movimiento con un incremento al 33,25%. Y este viernes vuelve a la carga con un aumento hasta el 40%.

Este endurecimiento, que pretende retener y atraer los capitales en Argentina y evitar fugas de dinero y ventas de pesos, se produce después de las fuertes caídas que la moneda argentina volvió a sufrir este jueves. El peso perdió más de un 6% de su valor contra el 'billete verde', hasta los 22,5 pesos por dólar. Tras la drástica e inesperada subida de los tipos, este viernes recupera un 4%, hasta los 21,7 pesos por dólar. En el acumulado del año, el peso acumula una depreciación del 13% contra la divisa estadounidense.

Pero el problema reside en que el hundimiento del peso se hace extensible a otras divisas, entre las que figuran las de los mercados emergentes. Contra el real brasileño cedió un 5% este jueves. Contra el peso chileno, un 4,6%, y contra el peso colombiano, cerca de un 4%. Y casi un 5% contra el yuan chino

"Ante la dinámica adquirida por el mercado cambiario, en el que ayer el peso se depreció respecto al resto de las monedas de países emergentes, el Consejo de Política Monetaria del Banco Central de la República Argentina y su Directorio han decidido una serie de medidas con el fin estabilizar el mercado", expone el banco central en el comunicado en el que ha anunciado su decisión.

La institución también confirma que no dudará en adoptar más medidas para evitar que el hundimiento del peso argentino vaya a más. "El BCRA continuará operando con todas sus herramientas de intervención en el mercado de cambio", avisa. "La autoridad monetaria tomó estas decisiones con el objetivo de evitar comportamientos disruptivos en el mercado de cambios así como para garantizar el proceso de desinflación y está listo para actuar nuevamente si resultara necesario", añade.

El objetivo del banco central argentino pasa por situar la inflación en el 15% a finales de 2018, en el 10% un año después y en el 5% en 2020. La depreciación del peso dificulta esta pretensión porque encarece el precio de los productos importados. De hecho, las últimas previsiones del Fondo Monetario Internacional (FMI) apuntan a que Argentina no logrará su meta, puesto que prevé una inflación del 19,2% para 2018. Y los datos también van en esta dirección, puesto que en marzo la tasa interanual de inflación fue del 25,4%.