Durante su comparecencia en la Comisión de Presupuestos del Congreso para informar de los Presupuestos Generales de Estado de 2018, Linde ha incidido en las actuales tasas de sustitución de las pensiones públicas (nivel de pensión en relación al salario) y ha considerado la necesidad de encontrar un equilibrio entre estas tasas y los ingresos necesarios para garantizar la sostenibilidad del sistema.

El gobernador del Banco de España ha afirmado que mantener las actuales tasas de sustitución, que son elevadas en comparación internacional, exigiría incrementos "muy significativos" de los ingresos del sistema.

Al respecto, ha abogado porque cualquier reforma en el sistema de pensiones aumente la transparencia y refuerce la relación entre contribuciones y prestaciones, al tiempo que mantenga un mecanismo de ajuste que garantice el equilibrio financiero.

Linde ha añadido que la aplicación del factor de sostenibilidad, que liga la pensión inicial al incremento de la esperanza de vida, y sobre todo, del índice de revalorización anual de las pensiones, que vincula su incremento al equilibrio entre ingresos y gastos del sistema, lograría reducir de forma gradual el actual déficit de la Seguridad Social, que en 2017 alcanzó el 1,5 % del PIB.

Pero ha advertido de que en ausencia de incrementos adicionales de los ingresos, el ajuste se produciría a través de una disminución de la tasa de sustitución de las pensiones públicas.

El gobernador del Banco de España ha insistido en el impacto del envejecimiento de la población sobre el gasto público en el medio y largo plazo "un reto de primer orden para la sostenibilidad de las finanzas públicas".

Ha señalado que si se cumplen las estimaciones más recientes sobre el impacto del envejecimiento, el gasto público en pensiones, sanidad y cuidados de larga duración se incrementaría entre 1,5 y 2 puntos porcentuales del PIB anuales durante las próximas tres décadas, alcanzando su máximo superior al 21 % del PIB en torno al 2050.

Retos de la economía

Linde recordó que pese a las buenas perspectivas para la economía española, con un crecimiento estimado para este año del 2,7% según el Banco de España, el panorama sigue siendo incierto ante factores geopolíticos externos, como la temida guerra comercial ente EEUU y China o, en clave interna, el riesgo político por Cataluña.

Según ha advertido Linde, estos últimos años la economía española se ha visto favorecida por la contribución de factores de naturaleza transitoria, como una política monetaria muy acomodaticia, una política fiscal claramente expansiva en 2015 y 2016, y una evolución favorable de los precios del petróleo. "Cabe pensar que a medida que estos efectos pierdan relevancia, su aportación al crecimiento de la economía disminuirá". Por ello, aconseja al Gobierno nuevas reformas que sustituyan al impulso temporal que han proporcionado recientemente los mencionados factores transitorios y las políticas monetaria y fiscal. 

"La necesidad de reformas parece más apremiante en una economía como la nuestra, que presenta un bajo crecimiento de la productividad, falta de competitividad en algunos sectores y, todavía, ineficiencias significativas en el mercado laboral", ha asegurado en su discurso en el Congreso.