Ya son 14 las compañías cotizadas españolas en las que durante los próximos seis meses la ESMA, el supervisor de mercados comunitario, ha decretado la prohibición de operaciones como las de punto medio. Este tipo de órdenes ha sido recientemente introducido por BME, la sociedad rectora de la bolsa española, que ahora baraja engordar las cotas mínimas de acceso a esta modalidad de negociación opaca con el fin de asegurar un mayor peso del mercado tradicional de contado y evitar en lo posible nuevos vetos, con sus consiguientes impactos en liquidez y profundidad de mercado.

Los volúmenes mínimos de acceso a la negociación mediante órdenes al punto medio fue establecido por BME por vez primera el pasado 27 de febrero. Única vez hasta la fecha. Sin calendario concreto de revisión, y con vocación de ¿estabilidad¿, Beatriz Alonso-Majagranzas, directora de Renta Variable en la empresa rectora de los parqués españoles, confirma a INVERTIA que el incremento de estas cotas ¿es algo que tendríamos que barajar en próximas reuniones¿. Antes bien, explica que ¿es algo que no es solo responsabilidad nuestra¿.

La responsable del funcionamiento del mercado oficial de acciones español se refiere al creciente protagonismo de los mercados paralelos opacos, los conocidos como `dark pools¿. Es así que, solo en el pasado mes de marzo y según datos manejados por Auriga, las compañías del Ibex 35 negociaron más de la mitad de sus acciones en plataformas de este tipo. De las componentes del índice más representativo del parqué madrileño, 32 movieron más de la mitad de sus volúmenes fuera de la bolsa española. Las plataformas opacas con más peso en las grandes cotizadas españolas fueron CBOE BXE (31%), CBOE Off-Book (11%) y CBOE CXE (9%). Turqoise, la plataforma dependiente del grupo rector de la Bolsa de Londres, repitió por segundo mes consecutivo con un 4% del volumen.

Este auge de plataformas paralelas ha coincidido con el establecimiento de tres nuevos formatos de órdenes en el mercado oficial español: las no mostradas o `hidden¿, en la jerga empleada por BME, las de bloques combinados y las de punto medio, que son las que próximamente podrían ver revisadas sus condiciones de formulación. Alonso-Majagranzas explica que la introducción de este tipo de órdenes es positivo para evitar que volúmenes elevados tengan un impacto desproporcionado por precio en el libro de órdenes tradicionales, sin embargo reconoce que en algunos casos se ha podido ¿abrir mucho la mano¿ y haber desplazado volúmenes considerables desde el mercado transparente de contado, ¿cosa que no ha sido buscada, ni deseada, ni nos viene bien¿.

Las bolsas europeas, en las que también son de aplicación las prohibiciones de relajación de transparencia de la ESMA, tienen en esta operativa únicamente un porcentaje residual de su actividad, pues esta se focaliza en operaciones tradicionales y con todos los criterios de transparencia, accesibles para cualquier inversor y referencia para el resto de plataformas, índices y derivados. Este es el punto clave que las diferencia de buena parte del creciente entramado de plataformas alternativas.

Los inversores ya estaban avisados del posible veto

Tanto las medidas restrictivas de la ESMA, que extiende el veto a la opacidad a un 4% de las cotizadas europeas, como el auge de esta operativa es paradójicamente fruto de la entrada en vigor de la directiva comunitaria MiFID II, parcialmente implementada todavía a la espera de que todos los países -entre ellos España- aprueben la correspondiente trasposición de esta norma. El supervisor común tiene desde que empezó el año la nueva tarea de vigilar estos volúmenes opacos. Por otra parte, la norma establece nuevas exenciones a la transparencia adicionales a las que ya recogía MiFID I, que han potenciado la aparición de estos nuevos formatos de negociación opaca junto con la introducción del criterio de mejor ejecución para el inversor, que en algunos casos ha potenciado la salida de órdenes de los libros tradicionales de los mercados oficiales, restándoles liquidez y profundidad. Los dos principales efectos perniciosos que señala para evitar la directivo de BME.

Son dos las circunstancias por las que el organismo supervisor europeo puede decretar la suspensión de las exenciones de transparencia, que son las dos que recoge la regla comunitaria MiFIR. La primera, que más de un 4% de los volúmenes mensuales de un valor hayan sido negociados en una única plataforma opaca en los últimos 12 meses. La segunda, que se alcance más de un 8% en total entre todas ellas durante el mismo periodo de tiempo. El primer supuesto había afectado a 17 valores hasta febrero, el segundo había alcanzado a más de 600 en el mismo mes, según datos de la ESMA.

En España, Grifols se ha sumado a la lista de señaladas esta misma semana. Abertis, Applus, Cellnex, Logista, Corporación Financiera Alba, Euskaltel, Fluidra, Hispania, Indra, NH, Parques Reunidos, Prosegur y Telepizza completan el elenco de las cotizadas en las que la `CNMV europea¿ ha decretado el alto. Amadeus, que de momento no ha sido señalado, movió un 69% de sus acciones negociadas en el mes de marzo fuera de los sistemas de BME, según datos de fragmentación de mercados de Auriga.

Todos estos valores tendrán que negociarse por los próximos seis meses publicando siempre precios de oferta y demanda y profundidad de las posiciones. Quedan vetadas hasta el 12 de septiembre (13 de octubre en el caso de Grifols) las órdenes a precios referenciados como las de punto medio, que emplean para su ejecución los precios de un mercado oficial, y las preacordadas. Se mantienen vigentes, por el momento, las exenciones de transparencia en operaciones de bloques y de volumen oculto, en las que solo se muestra una parte del montante total de las acciones en juego.

Por el momento, aunque sin efectos ya sobre 14 valores por el alto de la ESMA, Alonso-Majagranzas explica que los volúmenes en euros y títulos fijados para el acceso a las órdenes al punto medio se sitúan en torno al 50% de lo que está establecido para que una orden se negocie en el más longevo mercado de bloques. Según explica BME, se trata de órdenes que permiten ejecutar operaciones a precio medio de la mejor posición de compra o venta vigente en cada momento en el libro de órdenes, es decir, que ajusta su precio al precio medio de referencia de cada momento. Este modelo, más líquido y accesible que el de bloques permite que una orden no ejecutada o su resto (si solo lo ha sido parcialmente) se elimine de libro automáticamente al cierre de una sesión. Asimismo, se permite marcar un precio límite de ejecución y de un volumen mínimo para cada ejecución parcial y la primera de ellas.

En su lanzamiento, la sociedad rectora del mercado oficial español ya advertía de que entran en el ámbito de supervisión de volúmenes de la ESMA, lo que en jerga se conoce como el `double volume cap¿ o DVC. De este modo se apuntaba que ¿no se admitirán órdenes si el valor tiene activado el flag de `DVC superado¿ y se cancelarán las existentes en el valor¿. Quedaba establecido también que tienen prioridad las órdenes con mayor volumen vivo y, en caso de igualdad, la más antigua en haberse formulado.