La entidad recuerda que todo el dinero procedente de cuentas abandonadas así como todos los depósitos en entidades de crédito, agencias de valores, sociedades y otras entidades financieras inactivos pasan a manos del Estado, lo que elevaría la cifra hasta los 24,4 millones.

Sólo en 2016, el Estado recibió en sus arcas 13,13 millones procedentes de cuentas olvidadas, y Self Bank avisa de que las entidades bancarias tienen la obligación de informar a la delegación de Economía y Hacienda de la existencia de cuentas inactivas.

Y es que dejar una cuenta inactiva y sin cancelar puede acarrear la reducción del saldo así como el pago de comisiones, ya que la entidad bancaria considera que la cuenta está operativa mientras no sea cancelada o transcurran los 20 años de desuso.

La Ley de Patrimonio de las Administraciones Pública recoge que el Estado se quedará con el dinero de las cuentas corrientes que no hayan registrado movimientos en las dos últimas décadas, y que tras notificación certificada al propietario no se haya obtenido respuesta.

Desde 2015, la cantidad recaudada por el Ministerio de Hacienda procedente de estas cuentas se destina a la financiación de programas de formación dirigidos a personas con discapacidad.