Los aranceles de Trump, del 25 por ciento al acero y del 10 por ciento al aluminio, entraron en vigor el pasado viernes, aunque la Unión Europea y otros seis países están exentos temporalmente.

A la UE le preocupa que los fabricantes de acero sujetos a los aranceles de EEUU puedan desviar su producto a Europa, con el consiguiente incremento de las importaciones.

El estudio, que podría prolongarse hasta nueve meses, podría llevar a la UE a imponer sus propias cuotas o aranceles al acero, para evitar dañar a su propia industria.

Los aranceles o las cuotas se tendrían que aplicar a todos los países, lo que implica que destacados exportadores como China, India, Rusia, Corea del Sur y Turquía podrían verse afectados. EEUU fabrica menos de un uno por ciento del acero que importa la UE.