Así lo ha asegurado Nouy en una entrevista incluida en el informe anual sobre las actividades de supervisión del BCE, en el que se concluye que la rentabilidad es el principal desafío para los bancos de la zona euro y que, de hecho, existen varias entidades en las que su relación de costes actual no es viable de cara al futuro.

"Hay varias entidades que todavía no cubren su coste de capital y esta situación es insostenible a largo plazo. Aunque este es un problema para los propios bancos, también nos preocupa a los supervisores", ha aseverado la economista francesa.

Además, ha explicado que, si el sector bancario no es rentable, no puede respaldar el crecimiento económico ni acumular colchones de capital, lo que podría llevar a las entidades a embarcarse en una búsqueda de rentabilidad que se traduzca en un incremento de los riesgos. "Por todo esto, la falta de rentabilidad en la industria bancaria de la eurozona es motivo de inquietud", ha subrayado.

De este modo, el BCE aconseja que los bancos se planteen la diversificación de sus fuentes de ingresos, por ejemplo, a través de las nuevas tecnologías. El margen de intermediación representa más de la mitad de sus resultados de explotación.

Teniendo en cuenta el nivel históricamente bajo de los tipos de interés, este es un aspecto en el que el banco central considera que se debe trabajar, tratando de incrementar sus ingresos por comisiones o a través de un mayor grado de concentración bancaria.

El prolongado período de bajos tipos de interés representa un reto, ya que, aunque estos tipos reducidos abaratan los costes de financiación y respaldan la economía, también comprimen los márgenes de intermediación y, por tanto, pesan sobre la rentabilidad bancaria.

También apunta al recorte de costes, aunque teniendo cautela para evitar aplicarlo en áreas equivocadas, como podría ser en plantilla especializada en la gestión de riesgos o en sistemas de Tecnologías de la Información (TI). "Los bancos no deben ahorrar en elementos cruciales para su éxito o rentabilidad futura", ha añadido.

Unos 12 bancos de importancia significativa siguen teniendo resultados negativos en cuanto a la rentabilidad media de los recursos propios, mientras que alrededor de 24 entidades la han situado en alrededor del 8% o superior en los tres últimos años.

EL LASTRE DE LOS PRÉSTAMOS DUDOSOS

Por otro lado, Nouy ha destacado el lastre para los beneficios bancarios que suponen los préstamos dudosos (NPL, por sus siglas en inglés), que obligan a desviar recursos que podrían utilizarse de forma más eficiente. "Con un volumen próximo a los 800 millones de euros en la zona euro, estos préstamos representan un problema importante que ha de resolverse", ha aseverado.

"Los buenos tiempos no van a durar eternamente, así que los bancos deberían aprovecharlos al máximo mientras puedan. Cuando llegue una fase bajista será mucho más difícil reducir los NPL. Los balances saneados serán clave para la rentabilidad en el corto y el medio plazo. La prueba de resistencia de la Autoridad Bancaria Europea (ABE) 2018 será la hora de la verdad", ha añadido Nouy.

Existen numerosos bancos de la zona euro que todavía presentan un volumen excesivo de préstamos dudosos en sus balances, por lo que el BCE ve fundamental que las entidades de crédito redoblen sus esfuerzos para diseñar y aplicar estrategias de NPL "ambiciosas y creíbles". También cree que son necesarias reformas adicionales para eliminar los obstáculos estructurales para su gestión.

No obstante, además de la escasa rentabilidad y los préstamos dudosos, la autoridad supervisora europea está preocupada por los modelos internos que utilizan las entidades de crédito para determinar la ponderación por riesgo de sus activos, un aspecto sumamente importante para el cómputo de sus requerimientos de capital y, por ende, para su capacidad de resistencia.

LA INCERTIDUMBRE DEL BREXIT

Asimismo, la presidenta Nouy ha alertado sobre su inquietud respecto a la salida de Reino Unido de la Unión Europea (UE), cuyo mayor problema es el de mantener el acceso a los respectivos mercados, pues el panorama bancario europeo se transformará y esto afectará a las entidades a ambos lados del Canal de la Mancha.

"Es posible que se deban realizar cambios organizativos de calado, que, como es lógico, habrán de prepararse con mucha antelación", ha explicado, pues los cambios van mucho más allá de la relocalización.

"Sin perjuicio del acuerdo político sobre la negociación de un posible período de transición, sigue habiendo incertidumbre en torno a los resultados de dicha negociación. El BCE recomienda a las entidades que actúen de manera proactiva y oportuna en sus preparativos para el Brexit con el fin de garantizar que, en su debido momento, disponen de todas las autorizaciones necesarias para llevar a cabo actividades en la UE", ha argumentado.

No obstante, Nouy ha indicado que, en función de cómo se desarrollen los debates políticos sobre un período de transición, las entidades podrían discutir con los supervisores la posibilidad de ampliar el plazo para implementar determinados aspectos de sus respectivos planes de relocalización.

La autoridad supervisora prestará especial atención al cumplimiento de las expectativas del propio Mecanismo Único de Supervisión (MUS), especialmente con el fin de evitar la creación de sociedades vacías de contenido, conocidas como 'empty shells,' en la zona euro, es decir, entidades que solo cuentan con recursos mínimos en la zona y externalizan gran parte de sus actividades en la UE a entidades en terceros países.