Más de una de cada diez personas que viven en España nacieron en otro país. O lo que es lo mismo, un 13% de la población es inmigrante, igual que la media de la OCDE. De ellos, un poco más de la mitad (51%) son mujeres.

La OCDE ha publicado un informe en el que trata de averiguar cómo es el bienestar de esas personas que viven en España pero que no nacieron aquí. La mitad de ellos llegaron a España hace como mínimo diez años.

Los inmigrantes en España tienen más probabilidades de ser personas en edad de trabajar que en el promedio de la OCDE (el 84% tienen edades entre 15 y 64 años, comparado con el 76% de esta organización. También tienen más probabilidades de tener un nivel de instrucción bajo o medio que un nivel alto.

¿Cómo es el bienestar de los inmigrantes en España?

Los inmigrantes que viven en España muestran unos niveles de salud percibida y seguridad percibida relativamente buenos comparados con las poblaciones migrantes de otros países de la OCDE.

Los establecidos en España se sitúan en el tercio medio de los migrantes de los países de la OCDE por lo que respecta a apoyo social, satisfacción ante la vida, condiciones habitacionales y medioambientales y sentimientos de depresión.

Sin embargo, se encuentran en el tercio inferior con respecto a 10 de los 17 indicadores de bienestar seleccionados. Al igual que sucede en muchos otros países de la OCDE, los migrantes en España tienden a experimentar menores niveles de bienestar que la población autóctona: en España esto se constata en 7 de cada 13 indicadores de bienestar seleccionados.

Sin embargo, en España los inmigrantes declaran tener los mismos niveles de riqueza, influencia sobre las actuaciones del gobierno y sentimientos de depresión que los autóctonos. Además, muestran mayores niveles de confianza en el sistema político, salud percibida y seguridad percibida que los autóctonos.