La salida de 3.100 empresas de Cataluña tras el desafío secesionista ha movido al organismo supervisor del mercado a estudiar la posibilidad de cambiar su sede a Barcelona. Actualmente, las oficinas principales se encuentran en la calle Edison de Madrid y cuenta con una delegación en el Paseo de Gracia de Barcelona. La idea sería ahora convertir esa delegación en sede y, por supuesto, seguir manteniendo su representación en Madrid.

El objetivo, según fuentes consultadas, sería el de ser un revulsivo para la fuga de empresas y demostrar desde el Gobierno central el compromiso y el apoyo a la industria catalana y frenar la salida de empresas. Otro objetivo secundario consistiría en convertir a Barcelona en un nuevo polo de atracción de empresas hacia España tras los traslados provocados por la salida de Europa de Reino Unido.

De esta forma, además, se intenta recuperar parte del prestigio perdido por la ciudad tras los episodios separatistas que han provocado descensos de turismo y actividad económica. Pese al indudable interés de la noticia, ésta no ha podido ser confirmada.