En el último informe trimestral de la economía española, la autoridad monetaria indica, no obstante, que a pesar de este menor crecimiento del PIB catalán, los últimos datos disponibles van confirmando que el impacto de la crisis catalana en el conjunto de la economía española se limitará, según su escenario "más benigno", a una pérdida acumulada de tres décimas hasta finales de 2019 (proyectó un impacto máximo de hasta 2,5 puntos del PIB).

En cualquier caso, advierte, como ya lo hizo en noviembre y a principios de este mismo mes, que la incidencia final de este "elemento de riesgo" sobre el conjunto de la economía española dependerá de la magnitud y de la persistencia que acabe teniendo.

"Un alivio del grado de tensión en Cataluña, como el que se percibió durante el mes de noviembre y en las primeras semanas de diciembre, podría conducir a un escenario de mayor crecimiento del producto que el considerado en las proyecciones recientemente publicadas", indica el Banco de España, que prevé un crecimiento del PIB del 3,1% para este año y del 2,4% para 2018.

SI "REBROTAN LAS TENSIONES", HABRÁ MENOS CRECIMIENTO.

Por el contrario, advierte de que un "hipotético rebrote de las tensiones" en los próximos meses podría llevar a un impacto más pronunciado sobre las decisiones de consumo e inversión de los agentes que el que se infiere a partir de los datos parciales disponibles.

En cuanto al impacto de la crisis catalana en los mercados financieros, el Banco de España constata un aumento de la volatilidad en los mercados bursátiles en octubre, así como un comportamiento "más desfavorable" de la bolsa española que el registrado por los principales mercados europeos, en particular debido a la evolución negativa de las cotizaciones bancarias y, especialmente, la de las entidades que tenían su sede en Cataluña. "Los desarrollos posteriores tendieron a normalizar posteriormente la situación", indica.

Respecto al efecto en los mercados de deuda soberana, afirma que la volatilidad ha sido menor, registrándose inicialmente una ampliación del diferencial frente al bono alemán a diez años y un estrechamiento del diferencial frente a la referencia italiana, si bien en ambos casos, de una magnitud reducida, que revirtió posteriormente, de manera que a principios de noviembre se registraban niveles similares a los observados antes del comienzo del "episodio de tensionamiento político".

Sobre los indicadores de incertidumbre económica, la autoridad monetaria apunta que estos registraron un aumento significativo en octubre, que revirtió parcialmente en noviembre y que a principios de diciembre se encuentran ya en un orden de magnitud similar al considerado en el escenario más benigno del impacto económico de las tensiones políticas de Cataluña en el conjunto de la economía.