El Departamento de Comercio publicó el segundo de sus tres cálculos sobre la evolución del producto interior bruto (PIB) entre julio y septiembre.

Se trata de la mayor tasa de crecimiento de la economía estadounidense desde el tercer trimestre de 2014.

La cifra supera las estimaciones de los analistas, que habían anticipado un 3,2 % de expansión, y el 3,1 % registrado en el segundo trimestre del año.

El dato vino impulsado por la subida en el gasto de los consumidores, que supone dos tercios de la actividad económica, y creció un 2,3 %; así como la inversión empresarial, que lo hizo un 4,7 %.

Este repunte económico acerca la posibilidad de una subida de tipos de interés en EEUU por parte de la Reserva Federal (Fed), actualmente entre el 1 % y el 1,25 %, en su última reunión del año, a mediados de diciembre.

El presidente, Donald Trump, llegó en enero a la Casa Blanca con la promesa de lograr un crecimiento anual superior al 3 % aupado por un ambicioso plan que supondría la mayor reforma fiscal del país en varias décadas y recortaría los impuestos a las empresas y a muchos estadounidenses.

El plan ya ha sido aprobado en la Cámara de Representantes, pero está siendo discutido actualmente en el Senado, donde enfrenta obstáculos y tiene aún una salida incierta.