Es imposible caer en la casuística particular. No dudo que haya personas que se sienten engañadas por desconocer los altísimos riesgos que se asumían con este producto. Yo, personalmente, a los que conozco que suscribieron hipotecas multidivisa sabían con exactitud los riesgos y se jactaban de pagar tipos del 0,5% frente al 4% que por aquel entonces ¿medida la primera década de este nuevo siglo- pagaban el resto de españoles.

Creo que hasta la gente más ingenua se preguntaría por qué ellos tenían un interés muy inferior al de las hipotecas referenciadas al euro, o sea, al Euribor. En algún lugar debía explicarse el motivo de esta ventaja en el tipo de interés que les cobraban mensualmente en su cuota, mientras que el resto de mortales optaban por tener una deuda más cara.

El razonamiento es bien sencillo. Esos tipos más bajos del franco suizo o del yen se explican en que la deuda se contrae en esas monedas y, por tanto, pueden fluctuar respecto a la moneda, el euro, en la que tú vives y cobras tu sueldo. Y la ventaja no solo se obtenía de un tipo de interés menor al del euro, sino que además en el hipotético caso de que el euro se fortaleciese respecto al franco suizo o al yen (por poner estos ejemplos más habituales) la deuda en total además se vería reducida.

Estaba, pues, claro que había una ganancia directa por un tipo de interés menor y, por tanto, por una cuota mensual menor. Y además, una apuesta a la marcha de las monedas. Si el euro se fortalecía, la deuda se reducía y si por el contrario, el yen o el franco francés se apreciaban respecto al euro, habría que devolver más dinero al convertirse el euro en esas monedas a las que se ligaba la hipoteca.

No sería extraño comprobar que algunos de estos hipotecados posiblemente hayan ganado por los dos lados en tantos años de hipoteca. Por el interés y por apreciación del euro que les reducía automáticamente la deuda. Por supuesto, que habrá casos también que celebrarán felices el riesgo que asumieron entonces con su decisión.

Pero, en general ocurrió lo esperado. Las otras divisas se hicieron más fuertes respecto al euro y han visto como su deuda ha aumentado y ya la ventaja del interés menor se diluye ante el fiasco de ver incrementada la deuda para comprarse la vivienda.

En aquellos años de cambio de vivienda tan habitual o de compra de la primera con numerosísimas nuevas promociones nunca conocí de nadie al que le obligasen a suscribir una hipoteca multidivisa, habida cuenta de la extensísima oferta que habían de las ligadas al Euribor, fijas, IRPH, etcétera, etcétera.

Una sentencia general que obligue a la banca a devolver el fiasco de la subida de las monedas en las que se endeudaron es del todo injusto. No son hipotecas garantizadas. Se asumió un riesgo para bien o para mal y hay que cargar con él. Sería prácticamente como resarcir a los accionistas de las pérdidas en sus acciones porque desconocían los riesgos de las compañías en las que invirtieron pensando que era un buen negocio. Habría que ir caso por caso, una por una. Y esto supondría también devolver lo pagado de menos con los intereses y en los casos que también se ganó con la moneda ingresar esa cantidad en el banco. Estoy convencido que esos endeudados sí que gozaron de la transparencia que ahora ¿en muchísimos casos- se pone como excusa de una mala decisión.

 - EL SUPREMO ESTABLECE LA NULIDAD PARCIAL DE LAS HIPOTECAS MULTIDIVISA