La cuestión catalana había pasado de puntillas por los mercados hasta hace pocos días. Ha habido que esperar a la celebración del referéndum ilegal para que la tensión acumulada haya caído a plomo sobre la Bolsa mientras que las tres gigantes del rating -Moody¿s, Fitch y S&P- advierten de que lo peor puede estar por venir, pero evitan dar números.

El toque de atención más preocupante para los inversores ha sido el de Moody¿s. La última agencia en llegar a valorar el órdago secesionista de Cataluña tiene previsto revistar su nota para España el próximo 20 de octubre, y ya ha advertido de que la tensión entre el Gobierno central y la región mediterránea podría tener claras ¿implicaciones negativas¿ para el país, especialmente en materia de presupuestos.

La previsión de la agencia de medición de riesgos pasa ¿más que una independencia¿, por un ¿más probable¿ nuevo acuerdo entre ambas instituciones gubernativas ¿en favor de la entrega de mayores poderes a la región¿. En este mismo sentido, los analistas de la casa explican que, dadas las condiciones de la votación, ¿no está claro si la mayoría de los catalanes verdaderamente quieren su independencia¿.

Con la resaca de las urnas prohibidas catalanas, Fitch Ratings también se lanzó a valorar la situación económica de España. En el informe publicado este lunes se elevaba el pronóstico de crecimiento para el país hasta el 3,1% que vaticina el Gobierno, debido a una fortaleza ¿inesperada¿ y sostenida. No obstante, advertía de que una escalada prolongada de las ¿tensiones¿ con Cataluña podría impactar de forma negativa en estas previsiones macro, más si se considera que sin este factor ya aguarda que el PIB se vaya enfriando en los próximos años desde los máximos actuales, a medida que se vaya absorbiendo capacidad.

Dos días antes del 1-O, fue Standard & Poor¿s (S&P) la que prodigó su visión sobre la economía española. La agencia de calificación confirmó su nota de `BBB+¿ para España, a la que además acompañó de una perspectiva positiva que podría suponer una mejora de rating en un espacio de 18 meses. Sin embargo, de nuevo la sombra de Cataluña sobrevoló estos pronósticos al señalarse como la principal amenaza para que el país no llegue al 3% de crecimiento en PIB que vaticinan sus analistas.

SUBIDA DE RATING EN SUSPENSE

Como sus rivales de negocio, esta última considera también que las posibilidades de que la región levantina llegue a proclamar la independencia son muy bajas. Igualmente, en el informe se destacaba que por el momento las variables macroeconómicas nacionales no se habían visto afectadas por el conflicto.

Este mismo martes, Markus Allenspach, jefe de análisis de renta fija en Julius Baer, explicaba en un informe que ¿España ha disfrutado de una impresionante recuperación económica en los últimos tres años, lo que ayudó a bajar la tasa de desempleo y a estabilizar su déficit presupuestario¿, lo que en su opinión da ¿razones para creer que previsiblemente la calificación crediticia soberana podría levantarse en el futuro¿. Sin embargo, justifica que a corto plazo esta posibilidad está ¿fuera de discusión, dada la perspectiva de más tensiones con el Gobierno regional de Cataluña y el hecho de que el Gobierno de Rajoy necesita [para sacar adelante su programa] el apoyo del PNV, un partido nacionalista del País Vasco, otra región que quiere más autonomía¿.