El órgano responsable de la política monetaria de Estados Unidos, que subió los tipos por cuarta vez en el mandato de la actual presidenta el pasado mes de junio y la segunda vez en lo que va de año, ha destacado en su comunicado la fortaleza del mercado laboral estadounidense desde que comenzó el año y el gasto de los hogares, que ha seguido aumentando.

La entidad dirigida por Janet Yellen considera que todavía hay margen para realizar una última subida de tipos más antes de que finalice el año hasta situarlos en el 1,4%, tal y como apunta en la actualización de sus previsiones y como ha mantenido a lo largo de 2017.

Al mismo tiempo, el banco central ha anunciado que su plan de reducción de balance se iniciará en octubre en plazos y cantidades anunciadas anteriormente por lo que en un primer momento está previsto que el límite de reinversión aumente en 10.000 millones de dólares cada tres meses hasta un máximo de 50.000 millones de dólares o más en los próximos años, dando un nuevo paso al frente en la normalización de su política monetaria.

La cartera de la Fed, compuesta fundamentalmente por bonos del Tesoro y activos respaldados por hipotecas, asciende hasta los 4,5 billones de dólares, resultado del programa de política monetaria acomodaticia conocido como 'Quantitative Easing' (QE).

ACTUALIZACIÓN CUADRO MACROECONÓMICO

Según el cuadro de proyecciones actualizado --en el que prácticamente no se observan cambios--, once funcionarios de los dieciséis que conforman el comité ven "apropiado" que la tasa de fondos federales se sitúe entre el 1,25% y el 1,50% para el final de año. Esto implicaría una subida de hasta un cuarto de punto respecto al nivel actual.

Los riesgos en el corto plazo para las perspectivas económicas permanecen "equilibrados", señaló la Fed, pero subrayó que la inflación continúa siendo vigilada "muy de cerca".

Así, prevé que la inflación se mantenga en el 1,6% este año, mientras que ha revisado una décima a la baja su proyección para 2018 hasta el 1,9% y ha mantenido en el 2% la de 2019 y 2020.

Respecto al crecimiento de la economía, el banco central ha revisado dos décimas al alza su proyección para este año, hasta el 2,4%, manteniendo la del 2018 en el 2,1% y mejorando una décima hasta el 2% la de 2019. En 2020 apunta a que el PIB se situará en el 1,8%.

Por último, ha mantenido sus previsiones en relación a la tasa de desempleo para este año, que estima que se situará en el 4,3%, y revisado una décima a la baja sus estimaciones para 2018 y 2019, hasta el 4,1% en ambos periodos. De cara a los próximos tres años, cree que el paro alcanzará una tasa del 4,2%.

La economía de EEUU experimentó en el segundo trimestre de 2017 una expansión anualizada del 3%, frente al 1,2% del trimestre anterior, según la Oficina de Análisis Económico del Departamento de Comercio, que lo atribuyó al mayor gasto en consumo por parte de los hogares, un incremento de la inversión fija no residencial, de las exportaciones y del gasto del gobierno federal.

La tasa de paro se sitúa en el 4,4%, lo que implica pleno empleo y situarse en niveles de marzo de 2007. Solo en el pasado mes de agosto, el mercado laboral estadounidense creó hasta 166.000 nuevos puestos de trabajo.

Los precios, por su parte, registraron durante el pasado mes de agosto un avance de un 0,4% con respecto al mes de julio, cuando el IPC (Índice de Precios al Consumo) se incrementó un 0,1%, según el Departamento de Trabajo, que situó la inflación interanual en el 1,9%, prácticamente al nivel del objetivo de la Fed del 2%.

Esta subida de precios se debió principalmente al repunte de los precios de la energía, que registró su mayor avance desde enero, al aumentar un 2,8% en agosto, y hasta un 6,3% la gasolina.

La próxima reunión del FOMC, precedida por un resumen de las proyecciones económicas y rueda de prensa de la presidenta, tendrá lugar el 14 de diciembre.