El pasado día 3, España emitió 4.122 millones de euros en bonos a cinco años y obligaciones a 15 y 30 años y consiguió reducir de nuevo sus costes de financiación, ya que todos los títulos salieron a intereses inferiores a los de ocasiones anteriores.

Con esos 4.122 millones de euros, la emisión bruta de deuda a corto y medio plazo asciende en lo que va de año a 151.900 millones de euros, el 66,1 % de la financiación que tiene previsto pedir el Tesoro a los inversores en 2017, que suma 230.000 millones.

La segunda subasta tuvo lugar el pasado miércoles, y en ella se colocaron títulos a corto plazo, letras a seis y doce meses, por valor de 4.470 millones de euros, por las que España volvió a cobrar a los inversores, es decir, que ambas denominaciones volvieron a salir con intereses negativos.

Y en ambos casos se trató de rendimientos aún más bajos que en anteriores ocasiones, con lo que se batieron nuevos récords.

Todo esto significa que el país tiene cada vez más facilidades para financiarse a buen precio.

De esta forma, el Tesoro se despide de los inversores hasta septiembre, mes en que habrá cuatro subastas, dos de letras, los día 12 y 19, y otras dos de bonos y obligaciones, que serán el 7 y el 21.

La del martes será la primera subasta después de los atentados cometidos el jueves y en la madrugada del viernes pasados en Cataluña, que en un primer momento tensaron la prima de riesgo española y las bolsas, cuando ya habían recuperado la tranquilidad tras diluirse la tensión geopolítica entre Estados Unidos y Corea del Norte. EFECOM

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