Artículo faclitado por reclamacionesseguras

Esta tendencia demográfica de envejecimiento de la población ha comenzado ya a manifestarse desde hace unos años en el aumento del número de conductores mayores de 65 años. Consecuencia de este aumento ha sido el incremento de los accidentes provocados por dicho colectivo, debido en la mayoría de los casos a las limitaciones propias de su edad, tales como una mayor facilidad para distraerse, aumento en el tiempo de reacción, o dolencias como las cataratas, el Parkinson o la diabetes.

El aumento en la siniestralidad de este colectivo de conductores ha generado ya una reflexión en determinados ámbitos tanto nacionales como locales que entienden e incluso tienen competencias en cuanto a la regulación de tráfico. Baste citar el ejemplo de la provincia de Salamanca, que ha comenzado a tomar cartas en el asunto, instando a los Centros de Reconocimiento de Conductores a realizar pruebas más exhaustivas a los mayores de 65 años, y a sugerir y recomendar medidas como la reducción en el radio de circulación, la limitación horaria o la exigencia de aportar un informe de salud de su médico de familia.

En esa misma dirección apuntaba recientemente una autoridad en materia de seguridad vial como el ex Director General de Tráfico, Pere Navarro, quien en su etapa como Director General de Tráfico consiguió reducir las tasas de mortalidad por accidente de tráfico. En una reciente entrevista Navarro se mostró partidario de limitar el radio de conducción de los mayores, así como de que los Centros de Reconocimiento de Conductores dependieran de las autoridades sanitarias.

Desde Reclamaciones Seguras hemos querido comprobar el nivel de exigencia de los Centros de Reconocimiento de Conductores en las pruebas psicotécnicas para los mayores de 65 años. Para ello, hemos llevado a cabo una amplia encuesta entre más de 200 centros distribuidos por toda la geografía española. El resultado de la encuesta demuestra que la totalidad de los Centros de Reconocimiento de Conductores confía en la buena voluntad de la persona que quiere renovar su carnet de conducir, dejando al criterio de éste la aportación de posibles informes médicos que podrían limitar o incluso prohibir la renovación de su permiso.

Vistas las conclusiones del estudio, sería conveniente que se instara a los Centros de Reconocimiento de Conductores a que, además de llevar a cabo pruebas psicotécnicas más exhaustivas a los mayores de 65 años, exigieran la aportación de al menos un informe del médico de familia en el que se detallaran las dolencias y estado físico del interesado.

Además, por parte de la Dirección General de Tráfico, comunidades autónomas y ayuntamientos, se deberían llevar a cabo campañas dirigidas a dicho colectivo de conductores, para concienciarles de la necesidad de asumir sus limitaciones a la hora de ponerse al volante, haciendo hincapié en que no se trata de coartar su derecho a conducir, sino de velar por la seguridad de todos.