En un comunicado del Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación, el Gobierno se queja de que estos hechos se produzcan "con desafortunada periodicidad", al igual que los ataques que vienen sufriendo desde principios de año camiones que transportan vino a granel en las autopistas del sur de Francia.

El Ejecutivo admite que todas estas acciones "son motivo de preocupación no sólo porque representan una quiebra del Estado de Derecho, sino también y fundamentalmente porque suponen una violación flagrante del mercado único, pilar fundamental de la Unión Europea".

"España ha trasladado oficialmente su preocupación a las autoridades francesas, como en su momento también se hizo a la Comisión Europea, por lo que estos hechos suponen de ataques a la libertad de comercio que pueden provocar de hecho una retracción en nuestros clientes franceses habituales, que ven atacados sus establecimientos por vender en ellos productos de origen distinto que el francés", concluye la nota.