16 de mayo de 2013: "El director de El País me ha echado de Opinión y yo me he ido de El País. Tantos años... Pero es un alivio".

15 de junio de 2020: "Soledad Gallego-Díaz deja la dirección de El País y yo paso a comunicaros que mi artículo del sábado anterior es el último que habéis leído en dicho medio. He disfrutando mucho y os doy las gracias, a los lectores y a los compañeros. No tengo el coño para ruidos".

Poco más de siete años separan estos mensajes publicados por Maruja Torres en su cuenta en Twitter. Siete años convulsos de ida y vuelta y dos frases que resumen perfectamente la relación de la periodista y escritora con el recientemente nombrado nuevo director de El País, Javier Moreno.

Una polémica que no es más que un nuevo episodio de la extraña y convulsa relación que ha marcado la última década a Torres con el grupo en el que ha trabajado prácticamente media vida. En 2013 el diario no le renovó su contrato en los términos habituales y ella decidió marcharse tras criticar duramente el ERE realizado un año antes y a quien consideró su impulsor: Juan Luis Cebrián.

Sin Cebrián y sin Javier Moreno, Torres cicatrizó sus heridas y emprendió una vuelta al diario, convencida por la gestión de Soledad Gallego-Díaz. Fueron tres meses, desde el comienzo de la pandemia, que terminaron de manera abrupta esta semana. Quienes han vivido de cerca este proceso indican que no ha sido fácil para la periodista que estaba muy ilusionada con volver a escribir en la que siempre ha considerado su casa.

Más de 30 años en 'El País'

El País ha sido parte de la vida de Maruja Torres, donde lo ha hecho prácticamente de todo, pero también el motivo de grandes disgustos profesionales. Demasiado sincera para destacar junto al poder, extremadamente cercana a sus compañeros y poco dada a las jerarquías, nunca ostentó cargos dentro del organigrama, pese a ser una de las redactoras más antiguas.

Se incorporó al diario de Prisa ya con una importante trayectoria periodística detrás. Nacida en Barcelona en 1943, comienza en el mundo del periodismo dos décadas después como secretaria y redactora en la sección Página Femenina del diario La Prensa. En 1965 pasa a formar parte de la revista Garbo y paralelamente colabora con la revista Fotogramas donde realiza sus primeros artículos de opinión y entrevistas. Durante este periodo publica en El PaísPor Favor La Calle. 

En 1981 se traslada a Madrid para incorporarse al diario El País -fundado en 1976- bajo la supervisión de Rosa Montero. Estaría 33 años en el diario de Prisa. En los ochenta y los noventa fue corresponsal de guerra, una de las más destacadas.

Se encargó de cubrir la invasión de Panamá por las tropas norteamericanas y allí vivió en 1989 el asesinato del fotógrafo Juantxu Rodríguez por disparos del ejército de EEUU. También cubrió el conflicto en Líbano y en Beirut estableció su residencia durante algunos años. A mediados de los noventa regresa a Barcelona donde colabora en las publicaciones El Espectador y Qué leer. Además de sus columnas en El País, desde septiembre de 2006 colabora en Hora 25 en la Cadena Ser.

Prisa también le permitió compaginar su trabajo en la redacción y sus columnas con su prolífica carrera como escritora y novelista. Premio Planeta en el año 2000 por su novela Mientras vivimos, a principios de 2009 gana el Premio Nadal por Esperadme en el cielo.

Las heridas del ERE

Todo encajaba hasta la llegada de Javier Moreno a la dirección de El País en 2006. Cercana a su antecesor Jesús Ceberio, Torres nunca entendió las formas del nuevo director: seco, frío, cercano al poder y lejano a su redacción. "Un consejero delegado con piel de periodista", según dicen quienes le conocen.

Unos años convulsos en los que Torres se alejó del día a día, se centró más en sus libros y en sus columnas, pero no se alejó de la redacción. Fueron los años duros de la crisis, de la fuerte caída de la publicidad de los diarios y de la quiebra casi técnica del grupo Prisa. Fue la época en la que Juan Luis Cebrián multiplicó su presión sobre El País, cuando favoreció a empresas y a partidos políticos y cuando las grandes empresas españolas canjearon la deuda de la compañía por acciones de Prisa.

Un periodo en el que los acreedores exigieron recortes y El País tuvo que realizar su primer y único ERE hasta el momento. Abandonaron la redacción 129 compañeros de Maruja Torres, un tercio de la plantilla, en uno de los momentos más duros de la cabecera de Prisa.

Y Maruja Torres no se calló. El 11 de octubre de 2012 publicó una incendiaria columna criticando a los directivos que impulsaron el ERE liderados por Juan Luis Cebrián y Javier Moreno. "Se habla mucho de lo que sufren quienes son objeto de despidos, de reajustes, de rebajas y de, en general, lo que ahora se denomina como 'adecuación a las circunstancias actuales', sutil metáfora de escabechina. Demagogia. Es fácil ponerse del lado del débil. Sin embargo, nadie se compadece de los jefes".

"A mí se me encoge el corazón cuando pienso en esos ejecutivos que vuelan en business o en primera —algunos, incluso, en el pavoroso aislamiento de su jet privado, propio o de alquiler—, y que no pueden hacer otra cosa, entiéndanlo bien", concluyó.

Primera salida de Prisa

Siete meses después se producía su salida, cuando Javier Moreno le propuso hacer reportajes y apartarla de la sección de opinión del diario. La pasada Semana Santa recibí una carta en la que se me comunicaba que la dirección del periódico había decidido no prorrogarme el contrato en los mismos términos", decía la periodista a El Mundo por esas fechas.

"En el encuentro que hemos mantenido hoy el director ha comenzado diciéndome que la situación económica es terrible y que no se explica cómo los demás periódicos sobreviven. Después ha tratado de 'venderme' que estaba desaprovechada, que quería que hiciera otra vez reportajes..." explicó a este diario. Finalmente le dijo que no le interesaba la oferta y se marchó.

Meses después comenzó a colaborar con eldiario.es y pasó el tiempo. En 2014 Javier Moreno se marcharía de la dirección de El País y en 2018 se certificó su salida definitiva de Juan Luis Cebrián. En junio de ese año se nombró a Soledad Gallega directora del diario y las cosas comenzaron a cambiar. Siempre estuvo su vuelta sobre la mesa, pero no fue hasta comienzos de este año que comenzó nuevamente a escribir en el diario con la pandemia de coronavirus como 'excusa'.

Una vuelta que, sin embargo, se abortó solo tres meses después. Soledad Gallego deja El País y Maruja Torres recibe a Javier Moreno con su renuncia y con el calificativo de "el niño del ERE". "Ha vuelto el niño de ERE!", dijo incluso antes de cruzar palabra con el nuevo director y no sin antes incendiar las redes con sus críticas a la dirección del grupo Prisa. Una decisión que le remonta al pasado más inmediato. Ese de Juan Luis Cebrián. Ese del ERE.

Una semana de furia que terminó con tres meses de ensueño en los que Torres se reencontró con su diario de toda la vida, pero que ha tenido que volver a abandonar otra vez por culpa de Javier Moreno y otra vez por culpa de su convulsa relación con la gestión de la compañía. La pesadilla se vuelve a repetir.