Mediaset y Atresmedia están inmersos en un duro proceso de reconversión. El crecimiento de la televisión de pago -por encima de los seis millones de suscriptores-, la arremetida de nuevas plataformas como Netflix, Amazon y HBO y la caída de la publicidad tradicional, ha llevado a los dos gigantes de la televisión en abierto a buscar nuevas formas de financiación para diversificar su negocio y compensar la paulatina caída de los ingresos por publicidad tradicional.

Un camino que incluso les puede empujar a renunciar a una de las máximas que llevan manteniendo desde su creación hace ya casi treinta años: la televisión gratuita. Según ha podido confirmar EL ESPAÑOL, entre las estrategias que se manejan en los despachos de las dos cadenas se encuentra el cobro por algunos contenidos exclusivos de sus programas o series más emblemáticas.

Estamos hablando de proyectos que se podrían articular a través de las respectivas páginas web de las propias cadenas, cuyas plataformas de gestión de contenidos ya están adaptadas para el pago y cuentan con la tecnología para habilitar esta opción cuando se decidan a dar el salto.

La idea es poder ofrecer a los espectadores clips de sus programas de mayor éxito, avances de series e incluso la posibilidad de ver programas antes que el resto de los espectadores. También se podría dar acceso a una videoteca con series de la televisión bajo demanda y sin publicidad. Estamos hablando de suscripciones a bajo precio que podrían gestionar este paquete de contenidos exclusivos. 

Apuesta por la producción propia

En enero, el director general de Atresmedia Javier Bardají reconoció en una jornada de Deloitte que el pago por contenidos era una opción que perfectamente podrían abordar en el mediano plazo, pero que nunca sería el core de su negocio, sino que un complemento que podría diversificar los ingresos por publicidad y por producción de contenidos.

En el caso de Mediaset, no se han pronunciado públicamente, pero fuentes de la cadena han confirmado a este diario que es una posibilidad. En cualquier caso, estamos hablando de proyectos a mediano y largo plazo, que están sobre la mesa, pero que todavía no se han desarrollado lo suficiente como para tener un lanzamiento comercial en los próximos meses. 

Un complemento de los ingresos que necesariamente iría unido a la producción propia y diferenciada de contenidos. Atresmedia creó el año pasado Atresmedia Studios para generar contenidos que se puedan vender a las plataformas como Netfix, HBO y a majors internacionales. Por su parte, Mediaset puso en marcha Mediterráneo para agrupar todas sus productoras bajo una sola sociedad. 

No obstante, en el caso de Atresmedia su facturación sigue siendo residual en comparación con el total de ingresos. En 2018 ingresó 58,1 millones por venta de contenido propio frente a los 873 millones que facturó por publicidad. En el caso de Mediaset, y pese a su ingente producción propia, no identifican sus ingresos por ventas de contenidos. 

Caída de la publicidad

Lo que sí está claro es la caída de la publicidad ha afectado a los dos grupos por igual. Los datos de Infoadex indican que las divisiones de televisión de los dos grupos registraron retrocesos en su facturación en 2018, tras un año en que se resintió de manera importante su principal vía de ingresos.

En el caso de Mediaset mantuvo 922 millones de euros en 2018, lo que supuso un retroceso del 0,5%, caída amortiguada por la emisión del Mundial de Rusia. Por su parte, Atresmedia llegó a los 862 millones, un retroceso del 2,8%.

Y las previsiones para este año no son mejores. El panel Zenith Vigía que anticipa la evolución del mercado de la publicidad en medios, indicó en marzo que la inversión publicitaria en la televisión generalista en abierto caerá un 0,7% este año, empeorando las previsiones de enero.

El 68% de los panelistas de este informe -directivos de los propios medios- opinan que el aumento de la audiencia de las plataformas de OTT producirá un descenso de la inversión publicitaria en la televisión generalista.

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