Mucho ha llovido desde el pasado 13 de octubre cuando Javier Monzón renunció a presidir Prisa tras las presiones de Moncloa y de un Juan Luis Cebrián que no respetó los términos pactados para su salida. Han transcurrido más cuatro meses en los que el grupo editor de El País ha encontrado la paz financiera e institucional, una situación propicia para que Monzón retome su camino hacia el primer sillón de Prisa.

En diciembre se certificó su llegada al consejo de administración, coincidiendo con la salida de la gestión de Juan Luis Cebrián y el nombramiento de Manuel Polanco como nuevo presidente no ejecutivo. Días después se confirmaba como el presidente del Comité de Nombramientos, uno de los puestos clave de la gestión de este órgano. Y ahora, solo dos meses después, esta cerca de ser nombrado vicepresidente no ejecutivo en la reunión del consejo de Prisa de este martes.

Una carrera meteórica en la que, de momento, sucederá a Manuel Polanco en un cargo que quedó vacante tras ser nombrado presidente. Con todo, lo sorprendente del nombramiento no será su designación, que de cierta manera era esperada dentro del grupo, sino el clima de concordia en la que se producirá. En el último año, cualquier movimiento de cromos en el consejo se convertía en un verdadera guerra civil entre unos accionistas fuertemente divididos, pero ahora las cosas son diferentes tras la salida de Juan Luis Cebrián.

Equilibrio tras la ampliación de capital

Monzón será propuesto por el Santander, pero con el total apoyo de Amber Capital, dueño del 26% de la compañía tras la última ampliación de capital. EL ESPAÑOL ha confirmado que el fondo liderado por Joseph Oughourlian avalará un nombramiento que les parece “adecuado” y que completaría la estructura institucional del grupo. En esta línea, el nombramiento de Monzón trae equilibrio a la correlación de fuerzas surgidas tras la ampliación de más de 500 millones cerrada hace unas semanas.

Una nueva estructura con Amber y Los Polanco (apoyados por Santander) como las dos principales fuerzas. Fuentes del consejo han señalado a este periódico que el nombramiento de Monzón, sin funciones ejecutivas,  es una clara muestra de la buena sintonía que existe en el consejo y entre los accionistas, algo impensable hace menos de dos meses. Estas mismas fuentes advierten que Manuel Mirat seguirá teniendo plenos poderes para liderar el relanzamiento del grupo, ya que la función de Monzón -al igual que la de Manuel Polanco- será meramente institucional.

Por otro lado, otras fuentes ven que la llegada de Monzón a la vicepresidencia de Prisa puede ser un nuevo paso hacia la presidencia. Desde hace unas semanas, en el sector se viene especulando con que Santander quiere aupar a Monzón al primer sillón de Prisa, aprovechando en clima de paz que reina en la compañía. Las condiciones ya no son las de octubre, por lo que creen que los próximos meses podrían ser claves para tener la máxima representación institucional.

Funciones no ejecutivas

¿Podría ser Monzón presidente de Prisa en el medio plazo? Las fuentes del consejo consultadas por este periódico indican que en estos momentos la compañía “no está pensando en esto” y que el objetivo principal es dejar trabajar a Manuel Mirat y a su equipo para generar valor. Respecto del nombramiento se advierte que simplemente se ha cubierto una vacante con un consejero que ha logrado la unanimidad de todos los accionistas.

En la reunión del consejo del martes para aprobar los resultados anuales de 2017, Amber también intentará discutir el futuro de Juan Luis Cebrián y así seguir avanzando en la propuesta de ofrecerle una presidencia no ejecutiva de El País para allanar su salida definitiva del grupo.

Pese a que no está en el orden del día, el principal accionista de la compañía prevé que se discuta el asunto y que se logre un consenso para activar el plan. El objetivo de Amber es poder anunciar el nuevo estatus del fundador de El País en la junta extraordinaria de marzo.

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