El grupo IAG ha anunciado unas pérdidas después de impuestos y partidas excepcionales de 1.683 millones de euros en el primer trimestre de este año, afectado por el combustible, los tipos de cambio y el Covid-19, frente a un beneficio de 70 millones de euros logrado en el mismo periodo del ejercicio anterior, según ha comunicado la compañía a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). 

El resultado antes de partidas excepcionales fue también negativo con 556 millones de euros; mientras que las pérdidas de las operaciones de IAG después de partidas excepcionales se situaron en 1.860 millones de euros en el primer trimestre de este año, frente a un beneficio de 135 millones de un año antes.

A pesar de estas cifras, IAG ya se prepara para su desescalada. Con la previsión de retomar vuelos en julio también pone en marcha el relevo de Willie Walsh como consejero delegado. Luis Gallego le sucederá el 24 de septiembre tras aplazarse este cambio previsto para marzo debido al impacto del coronavirus. 

Operar en julio

IAG está planificando un retorno considerable de sus operaciones en julio utilizando un escenario de planificación, con una reducción total de la capacidad de transporte de pasajeros de en torno al 50% en 2020, aunque estos planes están sujetos a una gran incertidumbre y dependen del levantamiento de las medidas de confinamiento y las restricciones a los viajes.

“Adaptaremos nuestros procedimientos operativos para asegurar que nuestros clientes y empleados estén adecuadamente protegidos en este entorno nuevo. Estamos trabajando con varios organismos reguladores y tenemos la convicción de que los cambios en la normativa permitirán un retorno al servicio de manera segura y organizada”, señala Walsh.

Por ello, desde el grupo aéreo no esperan que la demanda de transporte de pasajeros recupere el nivel de 2019 antes de 2023 como muy pronto. “Eso significa que la restructuración de todo el grupo es esencial para superar la crisis y mantener un nivel adecuado de liquidez. Nuestra intención es salir de la crisis como un Grupo más fuerte”, señala Walsh.

La compra de Air Europa continúa

Otro de los puntos de interés de la presentación de resultados de IAG era conocer el estado de la compra de Air Europa por parte de Iberia. En este sentido, desde el grupo se ha informado de que el proceso para adquirir la aerolínea española sigue su curso, aunque señaló que el acuerdo entre la pareja contenía un mecanismo de ajuste de precios.

Durante las últimas fechas se había especulado que, debido a la pandemia de coronavirus, IAG podría estar pensando en dar marcha atrás en la operación que en noviembre del año pasado fue anunciada por un valor de 1.000 millones de euros. Una opción que ahora queda descartada.

"Todavía tenemos que pasar por el proceso completo de aprobación regulatoria de la operación por parte de las autoridades de competencia. Y eso está en curso. El proceso de la operación continúa", dijo a la prensa Walsh. 

Peores previsiones 

Dada la incertidumbre que provoca el impacto del Covid-19, IAG reitera que no va a proporcionar previsiones de beneficios para 2020. Sin embargo, como ya anunció el 28 de abril, el grupo espera que la pérdida de las operaciones antes de partidas excepcionales en el segundo trimestre sea considerablemente peor que en el primer trimestre, dado el descenso sustancial de la capacidad y tráfico de pasajeros. 

Y todo ello a pesar de cierto alivio en los costes de personal derivados de los programas de apoyo salarial de los gobiernos y las diversas medidas adoptadas por la dirección.

Plan de reajustes

El escenario para IAG estos meses es complicado. La capacidad de transporte de pasajeros se ha reducido un 94% desde finales de marzo con la mayor parte de los aviones en tierra y con los restantes operando un número limitado de vuelos de pasajeros, de repatriación y exclusivamente de carga.

Antes de que se desatara la crisis, IAG contaba con un balance y una liquidez sólidas, con tesorería y líneas de crédito no dispuestas que a 31 de marzo ascendían a un total de 9.500 millones de euros, importe que a 30 de abril se incrementó hasta los 10.000 millones de euros.  

El grupo aéreo se ha visto obligado a acogerse a las ayudas del Coronavirus Corporate Finance Facility (CCFF) del Reino Unido y del Instituto de Crédito Oficial de España para Iberia y Vueling y prorrogar la línea de crédito renovable de British Airways. 

Para los meses de abril y mayo, han reducido el nivel de costes operativos en efectivo desde un importe de 440 millones de euros a la semana en condiciones operativas normales hasta 200 millones de euros a la semana.  

La inversión en inmovilizado para el año 2020 se ha reducido en 1.200 millones de euros y la mayor parte de los 3.000 millones de euros restantes está cubierta con financiación comprometida y acordada.

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