Las cabinas de teléfono dejarán de ser consideradas parte del servicio universal de telecomunicaciones a partir del próximo año 2022, un cambio en la legislación que probablemente provoque la desaparición definitiva de unas estructuras que llevan años prácticamente en desuso por culpa de la telefonía móvil.

Pese a que apenas se registra una llamada por cabina la semana en España, Telefónica ha estado obligada por el Gobierno a mantener en funcionamiento este servicio claramente deficitario en los últimos años dada esa consideración de servicio universal. Una situación que está a punto de cambiar. 

El fin de las cabinas vendrá motivado por los cambios sobre cuáles son los servicios que deben ser considerados universales y que se recogen en la nueva Ley General de Telecomunicaciones. Entre los que no se encuentran, por ejemplo, ni las cabinas ni las guías telefónicas.

El proyecto de Ley fue aprobado por el Consejo de Ministros hace unas semanas y en breve iniciará su trámite parlamentario con vistas a que la ley sea ratificada por las Cortes a lo largo de 2022, previsiblemente en el primer semestre

Esto supone un retraso en la entrada de vigor de la Ley respecto al previsto inicialmente, ya que tenía que haber estado vigente antes de que concluyera 2021. Y eso hace que, aunque la obligación de Telefónica de prestar este servicio finaliza el 31 de diciembre, las cabinas seguirán considerándose un servicio universal unos meses más.

Fin de la obligación a Telefónica

Fuentes de la Secretaría de Estado de Telecomunicaciones e Infraestructuras Digitales han explicado a EL ESPAÑOL - Invertia que, a pesar de esto, no está previsto obligar a Telefónica a seguir prestando este servicio hasta que se produzca la aprobación definitiva de la Ley Telecomunicaciones.

En este sentido, han detallado que se estuvo analizando si se podía eximir de esta obligación a la operadora aunque no estuviera en vigor todavía la ley, teniendo en cuenta lo establecido por la directiva comunitaria que se transpone en este texto y que el contrato de Telefónica finaliza el 31 de diciembre. 

Antes las dudas de si podría ser necesario prorrogar dicho contrato o tomar algún tipo de medida al respecto, los servicios jurídicos del Ministerio estuvieron analizando la situación y comprobaron que no hacía falta seguir obligando al operador incumbente a mantener unos meses más estas estructuras.

Y es que, aunque la Ley General de Telecomunicaciones no está aún aprobada, sí se encuentra ya en un punto muy avanzado y la directiva comunitaria que está a punto de transponerse en ese texto es muy clara en cuanto a la supresión de las cabinas como servicio universal. De hecho, esto ya se ha hecho en otros países como Francia, Bélgica, Dinamarca y Estonia.

Telefónica ha sido en los últimos años la operadora designada por el Ministerio de Asuntos Económicos y de Transformación Digital para la prestación de este servicio tras quedar desiertos los concursos convocados para ello por ausencia de participantes, el último de ellos celebrado hace dos años.

Este último contrato fue toda una sorpresa, ya que no se esperaba una nueva prórroga de la obligación a Telefónica. Eran numerosas las voces que entonces pedían la retirada de la obligatoriedad de este servicio, incluida la Comisión Nacional de los Mercados y las Telecomunicaciones (CNMC), que consideraba constatado el progresivo abandono de su uso.

Sin embargo, el Gobierno en funciones de Pedro Sánchez decidió prorrogar dos años el contrato justificándose en un informe del Consejo de Estado de finales de 2018, en el que señalaba que eliminar del servicio universal las cabinas no podría hacerse por la fórmula del Real Decreto, sino a través de una Ley General.

Preguntadas por EL ESPAÑOL - Invertia, fuentes de Telefónica señalan que todavía no tienen definido ningún plan de desmonte de la red de cabinas que mantienen en España, ya que están a la esperar de la evolución en la tramitación de la Ley General de Telecomunicaciones.  

Un servicio deficitario 

En España, al cierre de 2020, había 14.824 cabinas de teléfono, que registraron una media de 0,17 llamadas al día, lo que equivale a una llamada semanal de promedio. Este dato reflejan la rapidez con la que ha descendido el uso de las cabinas en los últimos años.

En concreto, esas 0,17 llamadas al día suponen reducir a más de la mitad la media que se había registrado hace poco más de dos años, y que ya era baja: 0,37 llamadas al día. Esto representa que cada cabina se usa solo una vez cada tres días, según datos proporcionados por Telefónica.

La causa principal de la caída en desuso de estas estructuras fue la irrupción de la telefonía móvil. Y es que ya en el año 2006 en España ya existían más líneas de teléfonos móviles que habitantes.

Otro dato que refleja la poca relevancia que tienen las cabinas entre los españoles es que más del 88% de la población reconocía no haber usado nunca una cabina, según datos del Eurobarómetro que datan ya del año 2014. 

¿Qué es el servicio universal?

El servicio universal de telecomunicaciones, que se actualiza en la nueva ley, contempla que todos los ciudadanos deben tener un acceso a una serie de servicios básicos con independencia de su localización geográfica, con una calidad determinada y a un precio asequible

En el caso de las cabinas, esto suponía que las poblaciones con más de 1.000 habitantes deben hasta ahora tener al menos una cabina instalada, y otra adicional por cada 3.000 habitantes.

Para evitar que la actualización del servicio universal dependa siempre de una ley en un momento en el que la tecnología avanza con rapidez, en la nueva ley se contempla que desde su entrada en vigor las características de dicho servicio se determinen a través de un desarrollo reglamentario posterior.

Esto ayudará a evitar escenarios como el actual, en el que una norma de 2014 define cómo debe ser el servicio universal de 2021 y mantiene dentro del mismo las cabinas y las guías telefónicas.

Otro cambio respecto a la situación actual es que todas las compañías estarán obligadas a prestar el servicio universal, algo que hasta ahora era responsabilidad de Telefónica como operador dominante. De esta manera, se refuerza la libertad de elección del usuario, que podrá contratar el abono social al operador que desee.

Noticias relacionadas