Con el fin de mes se acerca el pago de consumos y tras las primeras dos semanas de confinamiento lo más probable es que los españoles constaten que dos de sus servicios básicos utilizados en sus hogares -la electricidad y las telecomunicaciones- presenten facturas radicalmente opuestas.

Mientras la cuenta de la luz probablemente se dispare por el mayor uso durante el confinamiento de aparatos electrónicos -televisores, ordenadores y routers-, electrodomésticos -lavadora, secadora, lavavajillas-  y de luz -bombillas y lámparas-, la factura de internet será probablemente la misma que el mes anterior.

Una situación que se producirá pese a que las operadoras de telecomunicaciones han debido soportar el aumento de hasta el 50% del tráfico de datos respecto de semanas anteriores. Un crecimiento sostenido en llamadas telefónicas, uso de plataformas en streaming, descarga de archivos y de videollamadas.

Los últimos datos de Telefónica indican que el tráfico de datos en la red IP del miércoles 25 siguió bajando ligeramente aunque sigue estando en niveles superiores a los de antes de la crisis cercanos a un 20%. El volumen de datos ha aumentado hasta un 60% en los mayores picos de consumo con el uso de gaming, whatsapp y teletrabajo prácticamente triplicado.

En cuanto al tráfico de datos de la red fija de internet de Vodafone (ADSL o fibra óptica) el aumento fue del 60% el 23 de marzo frente al 81% del 16 de marzoPor su parte, la visualización de vídeos en Whatsapp se ha multiplicado por cinco y el tráfico de datos de Playstation se ha multiplicado por tres.

Factura de luz

Si seguimos con el paralelismo y dependiendo de la tarifa contratada, en el caso de la luz elevar el consumo un 50% se traduciría en un crecimiento de no menos del 20% al 40% de la factura, mientras que en el caso de las telecos, este crecimiento del hasta el 80% no debe ser abonado por los usuarios.

Estamos ante una diferencia capital entre dos de los servicios considerados como básicos por el propio Gobierno español, pero que tienen una repercusión radicalmente distinta en las facturas de sus clientes. ¿Por qué? La respuesta la tiene la tarifa plana de internet que desde hace dos décadas tienen en marcha las principales compañías del sector.

La tarifa plana de datos de internet en el hogar -la que se coge a través del router doméstico- consiste básicamente en que el cliente contrata una velocidad de la red (actualmente entre 100 megas y 1 giga si es fibra óptica) pero puede hacer un uso ilimitado de datos dentro de esta misma conexión. Puede conectar los aparatos que desee sin mayor coste y pagará lo mismo si utiliza la red las 24 horas que si no lo hace. 

Esto hace que las facturas a final de mes sean siempre las mismas. Actualmente las operadoras han intentado homologar esta tarifa plana a las llamadas por teléfono desde línea fija a números locales dentro de España. Solo se cobran extras las llamadas internacionales y a números 902, pero en el caso de las primeras ya se pueden realizar desde aplicaciones de internet si es que se utiliza la conexión del wifi del hogar.

Por su parte, Vodafone introdujo el año pasado la tarifa plana de datos de teléfonos móviles y hace unas semanas la lanzó Orange. No obstante, en época de confinamiento la mayoría de los usuarios de telecomunicaciones prefieren utilizar con sus móviles los datos de sus conexiones fijas, la que no sube de precio y que siempre cobrará lo mismo.

Tarifa plana

Para entender la tarifa plana de Internet debemos remontarnos al año 1999. La primera oferta fue sobre ADSL, la tecnología que escogió el Ministerio de Fomento, y ofrecida por Telefónica. Se estrenó con una cuota mensual de 9.300 pesetas, en torno a 55 euros, que fue discutida en la época, pero que la competitividad del sector se ha encargado de rebajar en las últimas dos décadas. 

Una carrera que llevó no solo a mejorar precios sino que a aumentar las prestaciones. Mucho ha llovido desde que se pagaran 55 euros por una conexión de  256 / 128 Kbps hasta las que por ese mismo precio ofrecen ahora operadoras como O2, MásMóvil o Digi, pero incluyendo consumo de datos del móvil y con velocidades de hasta 600 megas de internet en el hogar.

De hecho, los datos del INE indican que en los veinte años que han transcurrido entre 1998 y 2018 los precios de todos los bienes y servicios han crecido un 53% y los de los servicios de tecnología de la información y la comunicación ha bajado un 22,87%.

Buena parte de la culpa de esta bajada de precio y del aumento de los servicios (el famoso más por más de las operadoras) lo tiene Movistar Fusión que en 2012 unificó en una sola factura todos los servicios de telecomunicaciones: línea fija, internet, móvil y televisión.

El nacimiento de Fusión abrió a la puerta a los paquetes convergentes de las operadoras españolas. Después de Fusión, tanto Orange como Vodafone hicieron cambios y ahora sus ofertas quíntuple play son los ejes de su oferta comercial. Y ahora las operadoras de bajo coste han dado una nueva vuelta de tuerca con los paquetes convergentes que solo ofrecen internet y teléfono móvil. 

Diferentes ofertas que permiten que los clientes y los usuarios puedan seguir pagando tarifas fijas que con el actual consumo de datos generado por el aumento del confinamiento se harían insostenibles para cualquier bolsillo.

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