Un año después de que la cartera de Transición Ecológica pasara de Teresa Ribera a Sara Aagesen, Andalucía recupera las protestas ante el ministerio por el que amenaza con convertirse en el nuevo caballo de batalla en las relaciones entre San Telmo y Moncloa: la planificación eléctrica.
Un asunto denso y complejo, extremadamente técnico casi siempre, pero que contiene consecuencias que pueden cifrarse en miles de millones de euros y determinar el desarrollo de grandes inversiones y proyectos clave. Por ende, el desarrollo económico del territorio.
Dos cifras, vistas en paralelo, dan idea de su importancia. El Valle Andaluz del Hidrógeno de Moeve, para el que la planificación eléctrica es fundamental, conlleva una inversión de 3.000 millones de euros; el doble de lo que la comunidad deja de recibir por la infrafinanciación autonómica cada año.
El temor, teniendo esto en cuenta, es que una planificación inferior a lo que demanda la comunidad, esto es, que no se pueda garantizar la llegada de energía con la potencia que las empresas y municipios requieren, impida la llegada de nuevos proyectos industriales transformadores.
Aquí se concentra el quid de la cuestión que hace que desde San Telmo se vuelva a elevar a voz a tenor de lo previsto para la región de aquí a 2030. Porque es, a juicio del Gobierno de Juanma Moreno, "absolutamente decepcionante".
Solo un 23% de lo solicitado
El problema reside en que, pese a salvar las inversiones necesarias para que echen a andar los grandes proyectos de hidrógeno y las iniciativas mineras de la Faja Pirítica, en Huelva y Sevilla, los números globales están muy por debajo de las expectativas, y se teme que condicionen el futuro.
Todo tras ver que el borrador de la planificación eléctrica recoge solo un 23% de lo que pidió la Junta. Andalucía, que llega a estos nuevos planes infradotada: la densidad de la red de transporte por habitante está actualmente un 42% por debajo de los valores medios peninsulares.
Por eso, pero también por el cambio de ministra, con quien habían trabajado previamente en su calidad de secretaria de Estado de Energía cuando Teresa Ribera ostentaba la cartera, las expectativas eran altas.
"Ha habido una relación siempre constructiva y muy fluida, con un fundamento técnico muy importante", sostuvo Paradela sobre Aagesen en entrevista con este periódico cuando se materializó el cambio en el ministerio.
Pero no ha podido ser. Al final, Andalucía recibirá un 11,8% del total de la inversión prevista hasta 2030, según consta en el borrador ante el que la Junta se dispone a alegar.
Riesgo
Con todo, lo que más escuece en San Telmo es que el 60% de la inversión que se recoge para la región "corresponde a mejoras del sistema nacional".
O sea, "no atienden a necesidades de Andalucía ni a proyectos que plantea Andalucía. Es adecuación de la red y necesidades de operación", ha apuntado el consejero, que lo resume así: "beneficia al sistema, pero va en detrimento de las necesidades de Andalucía".
Además, el 52% de lo que plantea el borrador para la comunidad "corresponde no a nueva planificación, sino a actuaciones no ejecutadas de la planificación anterior".
En concreto, hay 458 millones previstos para inversiones nuevas y 502 millones para actuaciones "arrastradas de planificaciones anteriores".
Con estos números, el riesgo que se percibe es a futuro. "Todo lo que no esté recogido en esta planificación no se hará", se insiste desde el Gobierno andaluz.
Es decir, tal y como está escrito, supone que la región tenga en materia de planificación eléctrica la suerte echada hasta al menos 2030, con la duda que ello conlleva: ¿esto hará que nuevos proyectos pujantes –como el muy en boga almacenamiento energético, por poner un ejemplo– pasen de largo por Andalucía?
Desencuentros, de Ribera a Aagesen
Con este panorama, el borrador de planificación eléctrica se ve en San Telmo como otra afrenta. "Nos castigan con las infraestructuras eléctricas", ha dicho la portavoz, Carolina España.
Sobre todo en algunas provincias. A Málaga se concede, por ejemplo, solo un 7% de lo solicitado en este apartado. Es una de las "especialmente maltratadas", junto con Cádiz y Córdoba. Eso al menos en cuanto a infraestructuras de transporte eléctrico –las autopistas de la energía–. Ya en cuanto a la red de distribución, la saturación hace que haya "incertidumbre" sobre proyectos a futuro.
El episodio se confirma así como un nuevo altibajo en la relación con Transición Eléctrica. Ante este el ministerio ya protestó la Junta tras conocer, en enero de 2024 y con Ribera como ministra, que de los 321 millones extra que desde Redeia se ejecutarían para atender las nuevas demandas que exigía el desarrollo de la red eléctrica hasta 2026, una partida para atender los proyectos urgentes que habían surgido en los últimos tiempos, Andalucía recibiría 6 millones. Era el 2% del total.
La sensación de agravio se acentuó un año después, con el gran 'apagón'. En mayo, en plena autopsia sobre las causas, Aaegesen señaló en el Congreso a Sevilla y Granada. Según palabras de la propia ministra, ese día hubo caídas en la generación de electricidad localizadas en Granada y Sevilla, además de en Badajoz.
Desde la Junta, sorpresa. En una primera reacción, Paradela destacó la falta de comunicación oficial sobre el suceso, señalando que "no hay una comunicación por escrito" por parte del Gobierno de España, el Ministerio o Red Eléctrica Española y pidió al Gobierno central incorporarse al comité de expertos que investiga las causas del gran apagón.
Porque, opinó, si Andalucía era una de las comunidades en las que se podría haber originado el incidente "tiene mucho que aportar". Días después, pasó al contraataque.
Exigió al Gobierno que avanzase con la reducción de los peajes de acceso a la energía de la industria electrointensiva, como la metalúrgica, la química o la siderúrgica, de gran peso en la comunidad.
Son sectores con cuentas de resultados muy sensibles ante la energía, que puede suponer más del 50% de sus costes, y que por ello esperan desde hace tiempo una rebaja prometida y que, aseguró la Junta, se retrasa.
Ahora llegan las nuevas alegaciones. Aaegesen puede generar un choque tan relevante en cifras como el que supone su compañera del Consejo de Ministros María Jesús Montero.
