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Las claves

En los últimos meses, muchas industrias, comunidades locales, y hasta parques fotovoltaicos han echado números para participar en los mercados de flexibilidad bajo un nuevo agente, el agregador independiente de la energía. Y ya les salen.

Un agregador de demanda independiente puede ahorrar dinero mediante diversos métodos, como reducir las facturas de electricidad hasta en un 50% mediante la optimización basada en digitalización o más aún, IA (inteligencia artificial), o generar ingresos mediante la venta de excedentes de energía.

Y además, los agregadores pueden obtener ingresos adicionales vendiendo el excedente de energía a la red durante las horas de máxima demanda, lo que podría generar entre un 30% y un 50% de rentabilidad anual para esta nueva figura.

"Se puede gestionar de forma remota los activos de consumo, generación y almacenamiento de los participantes", señala a EL ESPAÑOL-Invertia Cristina Corchero, fundadora de la empresa Bamboo Energy.

El ahorro exacto depende de los servicios específicos ofrecidos, como la participación en una central eléctrica virtual o un programa de flexibilidad de la demanda, pero puede ser significativo debido al mayor poder adquisitivo y la reducción de costes.

Agregadores y baterías

"Incluso es muy interesante para un generador fotovoltaico, en un entorno de 'canibalización' de precios solares que no le pueda sacar la suficiente rentabilidad, si lo hibrida con un almacenamiento, puede beneficiarse como agregador de la demanda", añade la experta.

La combinación de reducción de costes y generación de ingresos puede generar un rápido retorno de la inversión; algunos sistemas permiten recuperar la inversión en tan sólo 1,5 años, según Agregator.energy.

Un agregador de demanda agrupa a pequeños y medianos consumidores, que mediante dispositivos técnicos gestionan su consumo eléctrico en respuesta a señales del mercado o instrucciones del agregador para reducir su demanda en momentos críticos.

Ejemplos internacionales muestran casos como Alemania donde más de 30.000 particulares agrupan recursos para ofrecer potencia a operadores, generando beneficios económicos y ayudando a reducir costes del sistema.

O por ejemplo, las pymes, que podrán ajustar su consumo eléctrico de forma flexible, respondiendo a señales de precio y a instrucciones del agregador y así optimizar sus costes energéticos sin impactar en su producción.

Se estima un ahorro potencial en la factura de electricidad para las pymes de entre el 5% y el 10%, dependiendo del grado de flexibilidad y gestión del consumo implementado, según explica Nexus Energía.

"Hay un silo de congelación de una empresa en Galicia que ya está participando en el sistema como agregador de la demanda, y esto significa que, cuando es necesario, puede subir o bajar tan solo un grado en su sistema de manera remota, y conseguir un impacto económico muy ventajoso sin apenas notarlo en la operativa de su producción", continúa Corchero.

Extraer el potencial de estos activos no solo beneficia al consumidor que percibe un ahorro y al agregador que los gestiona, sino que beneficia también al conjunto del sistema por varias vías.

Marzo de 2026

La figura del agregador independiente está reconocida en normativas como el Real Decreto 23/2020, y está prevista su implementación en mercados eléctricos para dar mayor flexibilidad y oportunidades a consumidores en breve.

En concreto se espera que en poco más de cuatro meses, en marzo de 2026, entre en funcionamiento esta figura y por fin consumidores y empresas podrán contratar directamente este servicio sin que sea necesario el consentimiento de la comercializadora, según la última actualización de la hoja de ruta publicada por Red Eléctrica.

"Es una buena oportunidad para lograr una mayor penetración de renovables y dota de mayor seguridad y flexibilidad al sistema", puntualiza la responsable de Bamboo Energy.

La regulación permitirá a pequeñas unidades de consumo (menos de 1 MW) unirse y ser representadas por un agregador, convirtiendo la flexibilidad de muchos consumidores de todos los tamaños en una capacidad significativa para aportar estabilidad al sistema eléctrico.

Un ejemplo para entenderlo mejor.

El consumidor instala en su cuadro de medida una serie de dispositivos técnicos que cuando reciben una orden, varía ligeramente la demanda para variar sus consumos. Con esta reducción de consumos, el participante "cumple" con su compromiso y logra un beneficio.

Tienen capacidad para modificar su consumo en respuesta a un programa establecido, a unos precios de la electricidad, a unos compromisos adquiridos, a unas señales externas o a las acciones realizadas por un gestor o agregador que se conecta mediante una aplicación inteligente, según explica Enertra consultoría gallega, especializada en el sector energético.