Entre 2022 y 2023, España vivió un auténtico boom renovable. Operaciones de venta y compra de activos se sucedían y el apetito inversor parecía inagotable. Pero la fuerte caída de precios hizo caer primero volumen de las transacciones y, después también, el número.
En este nuevo ciclo, actores relevantes que habían tomado posiciones fuertes en España han decidido recortar su exposición en el mercado.
Además, plataformas que buscaban consolidarse, como Cero Generation, Cubico, Northland Power o Plenium Partners, han visto cómo sus procesos de venta se ralentizaban o quedaban en suspenso.
Sin embargo, en medio de la tormenta también han emergido voces disonantes. En los últimos meses, compañías energéticas y fondos extranjeros han comenzado a tomar posiciones -o a preparar su entrada- en un mercado que, pese a la sobresaturación de renovables, sigue siendo visto como uno de los grandes escenarios de futuro de la transición energética europea.
Es el caso de la chilena Colbún, que este año intentó entrar en España pujando por la cartera de parques eólicos de Acciona Energía y que sigue de cerca tanto a España como a Portugal en busca de adquisiciones, según reveló esta semana su consejero delegado, José Ignacio Escobar, al Diario Financiero.
También Velto Renewable, respaldada por el fondo canadiense La Caisse, ha dado ahora un golpe de efecto al comprar 260 megavatios (MW) de proyectos fotovoltaicos regulados en España a Bankinter y Plenium Partners, en una operación que valoró en 1.100 millones de euros.
A la lista se suma Fortescue, el gigante australiano de la minería de hierro controlado por Andrew Forrest.
La compañía abrió a principios del año una oficina en España para explorar oportunidades en renovables y amoniaco verde, y figura entre los postores que aspiran a hacerse con el 49% del bautizado Proyecto Julieta de Iberdrola, una cartera de 1 GW valorada en unos 900 millones de euros.
La británica Schroders Greencoat, especializada en infraestructuras renovables, ha cerrado también su movimiento: la compra del 49% de una cartera eólica y solar de 400 MW de Repsol en España por unos 284,2 millones.
En paralelo, la emiratí Masdar ha seguido reforzando su presencia en el mercado español. Tras el gran acuerdo sellado con Endesa en diciembre de 2024 para compartir una cartera de 2 GW de activos solares en operación, la compañía firmó en marzo operaciones adicionales por 184 millones de euros.
El grupo renovable, propiedad de Taqa, también ha puesto el foco en los activos de Acciona y culminó a finales de diciembre la adquisición de Saeta Yield a Brookfield Renewable por 1.200 millones de euros, consolidando así una de las mayores apuestas extranjeras recientes en el sector.
Igualmente, la estatal China Three Gorges también ha revalidado su apuesta con el cierre de la compra del megaproyecto solar de Mula (Murcia)
La firma asiática llevaba meses mostrando un apetito voraz por activos en el país, pues pujó también por hacerse con Saeta Yield y por tomar los proyectos de Acciona.
12% de las horas a 0 euros
Todo ello contrasta con la realidad del mercado. Según la Asociación de Empresas de Energías Renovables (APPA), hasta agosto se han registrado un 11,9% de horas con precios nulos o negativos en el mercado mayorista eléctrico en 2025.
Sólo en agosto fueron 57 horas a cero o en negativo y 136 horas con precios entre 0 y 30 euros/MWh. En este sentido, el peor mes fue mayo, en el que se registraron precios cero durante todas las horas entre las 12:00 y las 17:00.
Esta dinámica que golpea de lleno a los contratos de venta a largo plazo (PPAs) y compromete la rentabilidad de los proyectos, en especial los fotovoltaicos.
El rápido despliegue de la solar en España, combinado con la falta de demanda suficiente y de infraestructuras clave como el almacenamiento o la interconexión, está tensando el modelo hasta sus límites.
En medio de la tormenta, mientras compañías locales y globales repliegan velas, otros gigantes internacionales se refuerzan, convencidos de que el futuro energético pasa por las renovables españolas.
