El Gobierno ha tomado nota del colapso que existe actualmente en la solicitud de nuevos puntos de acceso y conexión de demanda a la red eléctrica, y ha presentado las grandes líneas de la Planificación Eléctrica 2026-2030, además de un borrador de Real Decreto con las nuevas inversiones para modernizar la red. Se amplía el límite de inversiones para las redes eléctricas un 62% con más de 11.000 millones de euros entre distribución y transporte.
La vicepresidenta del Gobierno y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Sara Aagesen, ha presentado las líneas maestras de la Propuesta de planificación de la red de transporte de electricidad con horizonte 2030, que saldrá a información pública y estará abierto a alegaciones hasta el próximo 6 de octubre.
La Propuesta, que prevé una inversión para transporte de 13.590 millones de euros hasta el final de la década, estará orientada a cubrir las necesidades del país y a cumplir los objetivos del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima 2023-2030 (PNIEC), otorgando prioridad a los proyectos industriales.
Plantea atender 27,7 GW desde la red de transporte, lo que implica multiplicar por 14 los 2 GW de la vigente Planificación con horizonte 2026. De esa cifra, 13,1 GW son para hidrógeno verde, 9 GW para nueva industria, 3,8 GW para los centros de datos, 1,2 GW para electrificar puertos y 559 MW para infraestructura ferroviaria.
La vicepresidenta también ha expuesto las claves del Proyecto de real decreto por el que se regulan los planes de inversión de las redes de transporte y distribución de energía eléctrica –ligado a la Propuesta de planificación–.
Subida del límite de inversión
Para alcanzar ese ritmo de electrificación de la economía es necesario reforzar la regulación vigente para incrementar el volumen máximo de inversión en las redes de transporte y distribución con cargo al sistema eléctrico, pero manteniendo la protección de los consumidores.
Así, se ha iniciado la audiencia pública del Proyecto de real decreto que promueve el aprovechamiento de las redes existentes –incentiva la incorporación a la red de infraestructuras de evacuación o de consumo que suministren a más de un consumidor–, y promueve el uso de tecnologías inteligentes, todo ello estableciendo un sistema de seguimiento de la correcta ejecución de las inversiones.
Atendiendo a este incremento, hasta 2030 se prevé un aumento de la inversión en redes de 3.600 millones para las redes de transporte y de 7.700 millones para distribución, por encima de los niveles del 0,065% y 0,13% respecto al PIB que se proyecta para los próximos años.
A ello hay que sumar las inversiones en interconexiones internacionales, no sujetas a los límites de inversión, así como inversiones financiadas con fondos europeos
España tiene unas redes eléctricas con unos indicadores de calidad por encima de la media de los países de nuestro entorno y con una sobresaliente capacidad de integración de renovables, a la vez que contiene el coste de las infraestructuras para los consumidores, según puntualiza el MITECO.
En los últimos años también ha acaparado el interés del tejido económico, por el bajo precio de la electricidad que proporcionan las renovables, y desde 2020 se han otorgado derechos de acceso a las redes para proyectos de demanda de energía –industria, vivienda, centros de datos, vehículos eléctricos…– que suman más de 43 GW.
Las anteriores planificaciones de electricidad se centraron en atender las peticiones de acceso para generación –en la vigente las renovables representaban el 67% de las peticiones de conexión–, mientras que las peticiones de acceso para demanda tenían un crecimiento vegetativo, muy escaso en el sector residencial, y sólo alimentado por la red ferroviaria.
En cambio, el principal motor de la próxima Planificación es la demanda, que representa el 41% de las solicitudes recibidas, más de 7.000, seguida por la generación, con el 40%, y el almacenamiento, con el 19%. El número de peticiones no sólo se ha multiplicado por cinco, sino que los consumos son de mayor tamaño y ha cambiado notablemente su tipología.
Inversión en distribución
En el caso de la red de distribución, el destino de este volumen de inversión adicional está condicionado a que se destine a mejorar la red, a cubrir nuevas necesidades de consumo –contribuyendo a compartir y compensar el coste del despliegue de infraestructuras en las facturas de los consumidores–, y a proteger la avifauna contra colisión y electrocución.
Al menos el 10% debe mejorar el control de tensión e incorporar telemando y telecontrol, con la finalidad de aumentar la visibilidad y la transparencia de datos, entre otras ventajas.
Tendrán que hacerse inversiones necesarias para satisfacer demandas de industrias extractivas o manufactureras, demandas residenciales y para la descarbonización de la red donde se prevea una dinamización de las demandas y la atracción de industria.
Hasta un 5% en adaptar las redes existentes para proteger la avifauna, ya que las nuevas se diseñan y construyen con criterios de protección.
Y habrá que hacer inversiones necesarias para satisfacer demandas de industrias extractivas o manufactureras, demandas residenciales y para la descarbonización de la movilidad.
En el caso de las redes de transporte, el Proyecto incluye una disposición para que las nuevas posiciones de las subestaciones puedan asignarse a cubrir necesidades concretas de determinados consumidores, como la red ferroviaria o la industria.
