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La percepción de que poner el aire acondicionado “sale caro” responde a una combinación de factores que inciden en el comportamiento de los consumidores.

De hecho, según un estudio realizado por Samsung, el 71% de la población en España considera que poner el aire acondicionado es caro o, más específicamente, evita encenderlo por miedo al gasto que supone en la factura eléctrica.

Este porcentaje ha sido confirmado por varios estudios recientes realizados durante el verano de 2025, aunque la realidad es que tener el aire acondicionado encendido durante una hora cuesta, de media, entre 0,06 euros y 0,28 euros, dependiendo del tipo de sistema y su eficiencia, según Cordy.es.

"Eso significa que, con los precios actuales de los chiringuitos de playa, refrescar tu casa durante una hora sale significativamente más barato que tomarte una cerveza, un helado o incluso un café en una terraza", señalan desde esta plataforma online que ayuda a los consumidores a encontrar la tarifa eléctrica más adecuada a su consumo de forma sencilla.

Si lo usas durante 8 horas al día, el gasto diario se mueve entre 0,88 euros (muy eficiente, uso en modo ECO) y 6,36 euros (horas punta, uso intensivo).

En un mes caluroso, el gasto típico ronda los 30 euros para un uso moderado y supera los 130 euros con uso intensivo o equipos poco eficientes, según Rastreator.

Y de ese 71% también refleja la incertidumbre sobre el consumo real de sus equipos, ya que muchos usuarios desconocen cuánta energía gasta su aparato, lo que contribuye aún más a esa percepción de alto coste.

Combatir la ola de calor

Como todos los veranos, el dilema de muchas familias españolas se presenta a la hora de decidir cómo hacer frente a las sucesivas olas de calor que se vive cada año de la forma más económica posible. En multitud de debates el aire acondicionado aparece como un aliado de doble filo debido al potencial aumento de la factura de la luz que puede ocasionar abusar de él.

Lo mejor es conocer bien las opciones que hay en el mercado. Como punto de partida a la hora de calcular el coste real de una hora de uso de aire acondicionado, es fundamental analizar los dos sistemas más comunes normalmente instalados en los hogares españoles, según explican desde Cordy.es.

Se puede elegir entre el split individual, el más habitual, que suele contar con un aparato por habitación y el aire acondicionado centralizado (por conductos): más presente en las viviendas nuevas, que se instalan a lo largo del techo y cuenta con diferentes salidas para cada estancia de la casa.

Y después, cómo se utiliza. "Mucha gente cree que encender y apagar el aire acondicionado a lo largo del día es la forma más eficiente de usarlo, pero eso no siempre es cierto", apuntan desde Cordy.es.

"En un hogar con aislamiento medio y temperaturas exteriores altas, si la suma de horas de uso supera las 15 al día, puede resultar más eficiente y barato dejarlo encendido de forma continua que estar apagándolo y encendiéndolo constantemente".

Esto se debe a que los picos de arranque del compresor y el esfuerzo para alcanzar de nuevo la temperatura deseada disparan el consumo. Por eso, en hogares mal aislados o muy calurosos, el uso inteligente (y continuo) del aire puede ahorrar energía y dinero.

Elegir la mejor tarifa

Pero que se note en la factura de la luz no sólo depende del aparato que se compre y del sistema elegido. También del contrato que se tenga con cada comercializadora eléctrica.

“El verdadero problema no es sólo cuánto consume el aire acondicionado, sino la tarifa que tienes contratada. Dos hogares con el mismo equipo pueden pagar facturas muy diferentes sólo por tener contratos poco adaptados a su consumo real”, explica Andrés Buitrago, CEO de Cordy.es.

Eficiencia de equipos de aire acondicionado Cordy.es

Desde la plataforma apuntan a un dato preocupante: más del 90% de los hogares en España podrían ahorrar en su factura sólo con elegir una tarifa más ajustada a su patrón de uso. En muchos casos, el ahorro supera el 35% anual, sin necesidad de cambiar de compañía ni de hacer obras en casa. Por eso, antes de dejar de usar el aire por miedo al gasto, puede tener más sentido revisar tu tarifa.

“Si pagas más por kilovatio del que deberías, cualquier uso te parecerá caro. Pero si tienes una tarifa bien ajustada, refrescarte en verano puede salirte incluso más barato que una cerveza al sol”, añade Buitrago.