Naturgy rebaja la tensión por el plan de la Unión Europea para vetar todas las importaciones de gas ruso antes de 2027 y confía en el blindaje legal que prepara Bruselas para evitar sanciones internacionales.
La compañía española, que mantiene un contrato relevante hasta 2041 de tipo take or pay -que obliga a pagar el gas aunque no se consuma- con el consorcio ruso Yamal LNG, pone las expectativas ahora en que Bruselas ofrecerá una solución jurídica sólida antes de que el reglamento entre en vigor.
“Reconocieron que tenían que estudiar las implicaciones legales, y nos complace que hayan identificado la gran diferencia entre contratos spot y contratos a largo plazo”, señaló este martes Manuel García Cobaleda, secretario del consejo y director de servicios jurídicos de Naturgy, durante la presentación de resultados.
El abogado explicó que, tras esa reflexión, la Comisión Europea ha afirmado que, al tratarse de una prohibición legal, las empresas no incurrirían en responsabilidades contractuales: “Lo dice literalmente”, remarcó.
Naturgy se agarra ahora a ese argumento, con la expectativa de que la UE terminará de afinar las garantías legales. “Confiamos en que, en el proceso que comenzó a mediados de junio y que debería concluir a finales de año, la Comisión, con la ayuda del Parlamento Europeo y los Estados, encontrará ese conjunto de herramientas legales al que se han comprometido”, concluyó Cobaleda.
Y es que antes de que la Comisión presentase formalmente su propuesta el pasado 18 de junio, el presidente de Naturgy, Francisco Reynés, ya había tomado la delantera.
En una carta enviada a la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, advirtió del riesgo de que las empresas europeas tuvieran que seguir pagando por el gas ruso aunque no lo pudieran importar.
El presidente de la gasista española había expresado públicamente en varias ocasiones su reclamación de que las soluciones destinadas a cortar la financiación del mercado ruso no acabaran dinamitando contratos a largo plazo firmados antes de la guerra de Ucrania.
Finalmente, la propuesta legislativa prohíbe todos los nuevos contratos de importación de gas natural licuado (GNL) ruso a partir del 1 de enero de 2026. Los acuerdos de corto plazo deberán concluir antes del 17 de junio del mismo año, mientras que los contratos a largo plazo podrán mantenerse hasta el 31 de diciembre de 2027, con excepciones específicas para Hungría y Eslovaquia.
No obstante, Bruselas ha lanzado un mensaje de tranquilidad a las compañías afectadas, como Naturgy, al presentar formalmente el reglamento.
El Ejecutivo comunitario sostiene que la prohibición debe considerarse un caso de “fuerza mayor”, lo que permitiría a las empresas rescindir los contratos sin penalización. Aun así, reconoció que los proveedores rusos podrían recurrir a los tribunales para reclamar compensaciones.
El Ciadi, conocido por resolver disputas entre gobiernos y empresas extranjeras, podría ser uno de los mecanismos en los que Rusia recurra si considera que la ruptura de los contratos vulnera sus derechos bajo los acuerdos bilaterales de inversión.
Esto se debe a que, aunque la UE tiene la capacidad de regular y establecer políticas dentro de sus fronteras, los contratos existentes entre las empresas de la UE y Rusia están protegidos por acuerdos bilaterales de inversión entre los dos países.
Pero la Comisión insistió en su análisis en que "típicamente, la ‘fuerza mayor’ se refiere a acontecimientos imprevisibles que no podían anticiparse en el momento de la firma del contrato y que impiden a una de las partes cumplir con sus obligaciones contractuales debido a circunstancias externas fuera de su control razonable”.
“Una prohibición legal de las importaciones de gas natural constituye un acto soberano de la Unión Europea, fuera del control de los importadores de gas, que convierte en ilegal la ejecución de las importaciones de gas natural desde Rusia”, añade el texto.
Cabe recordar que Naturgy mantiene el contrato de compra más relevante de España con Rusia, por un volumen de 3,4 bcm (mil millones de metros cúbicos) y vigente desde 2018. Repsol también tiene un acuerdo de compra con Novatek también hasta 2038, por 1,4 bcm.
También hay otros grandes acuerdos a largo plazo entre Rusia y empresas europeas como los de la francesa TotalEnergies o la anglo-holandesa Shell.
