Publicada
Actualizada

Bruselas y Washington se encuentran en “la última milla” de las negociaciones para alcanzar un acuerdo comercial que evite una escalada arancelaria, y en plena batalla, el presidente estadounidense Donald Trump ha vuelto a insistir en que Europa debe comprar masivamente su gas natural licuado (GNL).

"Le dije a la Unión Europea que deben compensar su enorme déficit con Estados Unidos mediante la compra a gran escala de nuestro petróleo y gas. De lo contrario, habrá aranceles a toda costa", dijo Trump en diciembre.

Y dicho y hecho. Las grandes petroleras y gasistas europeas, como Galp, BP, SEFE Energy, Eni y otras están llegando a acuerdos de compra a largo plazo con las productoras estadounidenses, sobre todo con el gigante Venture Global.

Donald Trump ha convertido la energía en un arma comercial, "utilizando el gas natural licuado (GNL) como moneda de cambio en sus negociaciones con la Unión Europea, estableciendo una conexión directa entre el déficit comercial y las compras energéticas.", señalan fuentes del sector gasista europeo a EL ESPAÑOL-Invertia.

Su estrategia se basa en una combinación de presión arancelaria máxima y diplomacia transaccional, que ha puesto a Europa en una posición vulnerable debido a su dependencia energética tras la ruptura con Rusia.

La Comisión Europea, por su parte, ha adoptado una estrategia de apaciguamiento pragmático. Bruselas ha expresado repetidamente su disposición a comprar más GNL estadounidense: "La mitad de nuestro gas natural licuado ya viene de Estados Unidos y estamos dispuestos a ir más allá".

Europa ha propuesto aumentar las compras de productos estadounidenses en 50.000 millones de euros, concentrándose especialmente en GNL, además de productos agrícolas como la soja.

"Pero no hay que olvidar que la UE no compra gas directamente; las compras las realizan las empresas privadas", añaden las mismas fuentes.

"Otra cosa es que la plataforma conjunta de compra de gas (AggregateEU) que creó hace dos años la Comisión Europea sirva para agregar la demanda y fortalecer la posición negociadora de los compradores de la UE, incluido el GNL estadounidense, pero eso beneficia a ambas partes".

Acuerdos con Italia

La última en firmar un contrato de compraventa a 20 años ha sido el gigante italiano Eni con Venture Global.

La firma italiana y la exportadora con sede en Virginia han acordado el envío de 2 millones de toneladas métricas de gas natural licuado (GNL) al año. Este anuncio marca el primer contrato a largo plazo firmado entre ENI y un productor de gas estadounidense.

Responde así a lo que la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, le dijo a Trump en abril pasado, que su país aumentaría las importaciones de gas natural licuado estadounidense como un medio para mejorar las relaciones comerciales, según publicaba Reuters.

Parte de estos volúmenes contribuirá a la diversificación del suministro de gas en Europa.

Acuerdo con Alemania

Eni no es la única. Venture Global también anunció la semana pasada que había llegado a un acuerdo independiente para suministrar 750.000 toneladas métricas de gas natural licuado (GNL) anuales a SEFE Energy, empresa con sede en Alemania. El acuerdo también tiene una duración de 20 años, según un comunicado de Venture Global.

"En Venture Global estamos encantados de ampliar nuestra alianza estratégica con Alemania y SEFE y de desempeñar un papel fundamental para garantizar la seguridad del suministro energético, no solo para Alemania, sino también para el resto del mercado europeo del gas", afirmó Mike Sabel, director ejecutivo de Venture Global, en un comunicado.

En junio, el canciller alemán, Friedrich Merz, se reunió con Trump en su primera visita a Estados Unidos desde que asumió el cargo. Tras la reunión, Merz declaró a la prensa que habían acordado fortalecer la cooperación comercial.

Otras grandes energéticas europeas como la portuguesa Galp Energia, que en abril pasado levantó su primer cargamento desde Planta de Calcasieu Pass en Luisiana de Venture, lo que marcó el inicio del acuerdo de suministro de 20 años firmado en 2018 por 1 millón de toneladas por año de GNL.

También la británica BP que comenzó a cargar su primer envío de gas natural licuado desde Venture Global poco después, de esa misma planta.

Y la francesa Engie tiene varios contratos firmados años atrás y que se extienden más allá de 2040 para importar gas de esquisto de Estados Unidos. El último aprobado fue en abril e implica la compra de gas a Sempra durante 15 años de Port Arthur LNG.

Objetivos de Trump

La postura de Trump es clara, la UE debe aceptar la compra de 300.000 millones de euros (unos 350.000 millones de dólares) en energía estadounidense (principalmente GNL) para obtener una exención de los amplios aranceles estadounidenses, que elevó a un nivel base del 10%, después aumentó al 20%, y podrían ser más si no se cumplen sus exigencias.

Rechazó públicamente las propuestas de la UE de eliminación mutua de aranceles sobre los bienes industriales, insistiendo en la compra de energía como principal vía para la reducción del déficit comercial.

Expertos tanto europeos como estadounidenses argumentan que la demanda de 350.000 millones de dólares de Trump supera con creces la capacidad de importación realista, dadas las infraestructuras, la dinámica del mercado y los compromisos de la UE con las energías renovables.

Trump pone a la Unión Europea contra las cuerdas: si no cede antes del 1 de agosto, le aplicará un arancel general del 30%, la cuenta atrás está en marcha.