Luz verde al que será el mayor plan de expansión de la red eléctrica británica desde 1960, una pieza clave en la estrategia de Iberdrola para los próximos cinco años.
El regulador británico Ofgem ha aprobado provisionalmente un megaplan de inversión de 28.000 millones de euros para reforzar la seguridad y modernizar las redes del Reino Unido: 10.500 millones para la transmisión eléctrica y 17.500 millones de euros para gas.
Los fondos eléctricos asignados se distribuirán así: 1.900 millones de euros para Scottish Power Transmission (filial de Iberdrola), 4.900 millones para National Grid y 3.600 millones para SSEN.
Los 28.000 millones aprobados marcan la primera fase de un programa aún más ambicioso, que contempla una inversión total de 93.000 millones de euros en los próximos cinco años.
Iberdrola jugará un papel protagonista en esta transformación, que es uno de los ejes de su plan estratégico. A través de su filial Scottish Power Energy Networks, planea invertir 12.400 millones de euros en las redes eléctricas británicas entre 2026 y 2031, triplicando la inversión de su plan anterior.
“Celebramos que Ofgem reconozca que esta inversión histórica es fundamental para garantizar la seguridad energética. Entre ahora y diciembre, participaremos para asegurar un marco regulatorio equilibrado que fomente esta inversión crucial”, afirmó Nicola Connelly, CEO de Scottish Power Energy Networks, tras la aprobación.
Ofgem mantiene abierta una consulta pública hasta el 26 de agosto de 2025, y se espera que la decisión final se tome en el invierno de ese mismo año, una vez se hayan analizado las alegaciones y comentarios presentados por las empresas involucradas.
Aunque Iberdrola, National Grid y SSEN han recibido la inversión de forma positiva, los detalles sobre los incentivos regulatorios que asegurarán estas inversiones aún están en debate y tomará varios meses.
Mientras Iberdrola y National Grid han señalado que necesitan más tiempo para evaluar esos detalles, SSEN Transmission, operadora en el norte de Escocia, ha advertido que el marco actual no ofrece el respaldo suficiente para llevar a cabo las inversiones que requiere esa zona y que continuará negociando con Ofgem.
El plan de Iberdrola
Scottish Power Energy Network planea invertir 12.400 millones de euros en las redes eléctricas británicas entre 2026 y 2031.
Su estrategia pasa por proporcionar infraestructura de transmisión nueva y mejorada en el centro y sur de Escocia, incluidas 12 nuevas subestaciones de transmisión importantes, 450 kilómetros de circuitos existentes mejorados, 87 kilómetros de líneas aéreas mejoradas y 35 kilómetros de cables subterráneos.
El plan incluye un ambicioso programa de inversión para aumentar la resiliencia de la red, mantener los activos existentes y conectar hasta 19 gigavatios (GW) de nueva energía limpia y renovable. Además, según Iberdrola, contribuirá a reducir los costes por restricciones, lo que supondrá un ahorro de 195 euros anuales por hogar para 2030.
Scottish Power Energy Networks planea duplicar su plantilla en el área de transmisión, generando alrededor de 1.400 nuevos empleos directos y apoyando otros 11.000 empleos indirectos en todo el Reino Unido.
Incertidumbre en España
Mientras en Reino Unido el plan para modernizar las redes eléctricas avanza con fuertes inversiones, en España Iberdrola y el resto de distribuidoras afrontan un escenario de incertidumbre.
La principal preocupación gira en torno a la retribución para el periodo 2026-2031. La CNMC propone una tasa del 6,5%, muy por debajo del 7,5% que reclama el sector, lo que supondría recortes importantes y podría frenar la inversión en infraestructuras clave.
Además, aunque el Gobierno ha mostrado disposición para eliminar los límites a la inversión, las medidas concretas aún no llegan, dejando paralizadas las inversiones en la red eléctrica nacional.
En este contexto, Aelec -la patronal que representa a Iberdrola, Endesa y EDP- ha pedido al Ministerio que publique sin demora las Orientaciones de Política Energética, fundamentales para que la CNMC pueda diseñar un marco regulatorio claro y que fomente la inversión.
Según Aelec, sin esa claridad, "no se puede garantizar la seguridad del suministro ni avanzar en la electrificación y la reindustrialización".
