Aumentar la capacidad de intercambio de electricidad entre países para garantizar el suministro y reducir precios es una tarea prioritaria para Europa. En este contexto, España deberá invertir 7.556 millones de euros adicionales en sus conexiones con Francia y Portugal si quiere cumplir el objetivo de interconexión eléctrica del 15% del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC).
Así lo ha identificado la Asociación de Empresas Constructoras y Concesionarias de Infraestructuras (Seopan), que calcula que si a esta cifra se suma la inversión de 2.978 millones contemplada actualmente, el monto total asciende a 10.534 millones de euros.
Actualmente, la ratio de interconexión energética de España se encuentra por debajo del 5% (2,8% con Francia y 2,2% con Portugal). "Para aumentar dicha ratio el PNIEC prevé incrementar capacidad de interconexión hasta 8.000 MW en País Vasco-Aquitania (400 km y 2.850 millones de euros), Navarra–Landas (80 km en lado español), Aragón–Pirineo Atlántico (150 km en lado español)", señala Seopan en un informe reciente.
En cuanto a la interconexión con Portugal, el plan prevé "aumentar la capacidad de intercambio de España a Portugal hasta 4.200 MW y de Portugal a España 3.500 MW, con nuevas subestaciones y líneas eléctricas en las provincias de Ourense y Pontevedra (128 millones de euros)", añade.
"Lo anterior supone una inversión en interconexiones para elevar la capacidad de intercambio hasta los 12.000 MW en 2030 de 2.978 millones de euros". No obstante, "para cumplir el objetivo de interconexión del 15% (32.100 MW), se estima una inversión adicional de 7.556 millones", advierte.
Nueva planificación
El Gobierno está elaborando una nueva planificación de la red de transporte eléctrico 2025-2030, considerando los profundos cambios que experimentará el sistema en las próximas décadas.
El nuevo plan tiene como objetivo cumplir con las metas establecidas en el PNIEC para 2030 y sus futuras revisiones, centrándose en la reducción de emisiones, el aumento de las energías renovables en el consumo final, la electrificación de la economía y la mejora de la eficiencia energética.
Entre sus prioridades se encuentran el impulso del autoconsumo, el incremento de la capacidad de almacenamiento y la expansión del uso del hidrógeno verde. Además, se pretende facilitar la electrificación de los usos finales de energía a un ritmo adecuado para alcanzar los objetivos fijados, respondiendo a la nueva demanda de forma eficiente y contribuyendo al crecimiento económico, la creación de empleo y el desarrollo territorial.
Asimismo, el plan busca integrar de manera masiva la nueva generación renovable, garantizando la seguridad del sistema eléctrico y minimizando costos para los consumidores.
