Los productores de combustibles fósiles se enfrentan a decisiones fundamentales sobre su papel en el sistema energético mundial, según señala la Agencia Internacional de la Energía (AIE). De hecho, advierte de que la transición energética hará menos rentable su negocio, que en el caso de las empresas privadas de petróleo y gas podrían llegar a devaluarse hasta un 60% en un escenario de emisiones cero.

En su 'Análisis de la industria del petróleo y el gas en transiciones netas cero' advierte de que en la transición hacia cero emisiones netas, "el petróleo y el gas se convertirán con el tiempo en un negocio menos rentable y de más riesgo".

En este sentido, incluso con las políticas actuales, la demanda mundial de petróleo y gas alcanzará su cénit en 2030, según las últimas proyecciones de la AIE.

[Las renovables producirán casi la mitad de la electricidad mundial ya en 2030, según el World Energy Outlook de AIE]

Una acción más enérgica para abordar el cambio climático implicaría claras caídas en la demanda, por lo que en el caso de que los gobiernos cumplan plenamente sus compromisos, el consumo caería un 45% por debajo del nivel actual para 2050 y hasta un 75% en el caso de seguir un camino para alcanzar emisiones netas cero a mediados de siglo.

La AIE concluye que la valoración actual de las empresas privadas de petróleo y gas podría caer un 25% desde los 6 billones de dólares (5,5 billones de euros) actuales si se alcanzan todos los objetivos nacionales en materia de energía y clima. "Y hasta un 60% si el mundo se encamina hacia limitar el calentamiento global a 1,5 ºC", lo que se denomina escenario de emisiones cero.

De este modo, el ente con sede en París avisa de que para las empresas esto podría materializarse en amortizaciones a gran escala, dañando su solvencia y elevando el coste, tanto del capital como de la deuda.

"Con valoraciones más bajas de activos y empresas, se aplicarían mayores riesgos a las empresas que producen o transportan petróleo y gas, lo que presionaría a las empresas para que diversificaran su modelo de negocio y limitaría el alcance de los dividendos y recompras que históricamente han atraído a inversores al sector", añade.

Asimismo, apunta que la implementación de unos criterios crediticios más estrictos y un acceso restringido al capital también podrían afectar a la capacidad de las empresas del sector de petróleo y gas para endeudarse.

"La industria del petróleo y el gas se enfrenta al momento de la verdad en la COP28 en Dubai. Mientras el mundo sufre los impactos de una crisis climática que empeora, continuar con las cosas como siempre no es ni social ni ambientalmente responsable", ha defendido el director ejecutivo de la AIE, Fatih Birol.

"Los productores de petróleo y gas de todo el mundo deben tomar decisiones profundas sobre su lugar futuro en el sector energético mundial", ha añadido.

50% inversiones limpias

Por otro lado, el análisis de la AIE calcula que los 800.000 millones de dólares (734.144 millones de euros) que actualmente se invierten cada año en el sector del petróleo y el gas "son el doble de lo que se necesitará en 2030" en una senda que limitase el calentamiento a 1,5°C.

En tal escenario, para la agencia las caídas de la demanda esperadas serían lo suficientemente pronunciadas como para que no se necesiten nuevos proyectos de petróleo y gas convencionales para el largo plazo e incluso advierte de que "sería necesario cerrar parte de la producción existente de petróleo y gas".

A pesar de los retos para el sector identificados, la AIE considera que la industria también tiene oportunidades por delante, ya que el sector del petróleo y el gas está bien posicionado para desarrollar algunas tecnologías cruciales para las transiciones a energías limpias.

De hecho, alrededor del 30% de la energía consumida en 2050 en un sistema energético descarbonizado proviene de tecnologías que podrían beneficiarse de las habilidades y recursos de la industria, incluidos el hidrógeno, la captura de carbono, la energía eólica marina y los biocombustibles líquidos, apunta la AIE.

"Sin embargo, esto requeriría un cambio radical en la forma en que el sector asigna sus recursos financieros", advierte. Y es que el sector de la industria del petróleo y el gas invirtió alrededor de 20.000 millones de dólares (18.354 millones de euros) en energía limpia en 2022, o aproximadamente el 2,5% de su gasto de capital total.

"El informe concluye que los productores que deseen alinearse con los objetivos del Acuerdo de París necesitarían destinar el 50% de sus gastos de capital a proyectos de energía limpia para 2030, además de la inversión necesaria para reducir las emisiones de sus propias operaciones", estima.

"Los productores deben elegir entre contribuir a una crisis climática cada vez más profunda o convertirse en parte de la solución adoptando el cambio hacia la energía limpia, concluye el informe de la AIE.