Las acciones de la fotovoltaica EiDF se han derrumbado un 70% en su regreso al parqué, tras levantarse la suspensión que pesaba sobre la compañía desde el pasado 14 de abril, lo que le ha llevado a perder más de 1.200 millones de euros de capitalización.

En concreto, los títulos del grupo especializado en autoconsumo fotovoltaico cerraron la sesión con un precio de 8,93 euros por acción, lo que supone un descenso del 69,99% con respecto a los 29,76 euros por título en los que vio detenida la compañía su cotización cuando fue suspendida en abril por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).

Las acciones de EiDF no fueron capaces de casar un precio a lo largo de la sesión, con una presión que al mediodía era de unas 67.238 órdenes de compra por un total de 176.303 órdenes de venta, según indicaron a Europa Press en fuentes de BME.

[Gran desequilibrio entre las órdenes de compra y de venta en la vuelta de EiDF a la bolsa: cae su precio un 70%]

La CNMV acordó la semana pasada levantar la suspensión cautelar que pesaba sobre la compañía. La decisión del supervisor de permitir su vuelta al mercado se produjo tras ponerse a disposición del público información suficiente respecto a las circunstancias que aconsejaron la adopción del acuerdo de suspensión.

Dicha información incluye las comunicaciones de información privilegiada realizada desde la fecha de la suspensión por la propia sociedad y el requerimiento adicional de la CNMV.

Sin información completa

El supervisor acusó a EiDF Solar de no haber dado al mercado una información completa, omitiendo el resumen ejecutivo del informe forensic realizado por Deloitte, y de haber llevado a cabo "omisiones muy relevantes".

El pasado jueves, la CNMV hizo público un requerimiento que remitió a la compañía el pasado 21 de agosto en el que le comunicaba que la información que presentó la empresa en su momento, con sus cuentas reformuladas después de más de cuatro meses suspendida de cotización, era incompleta y podía "inducir a confusión al público".

En este escrito, el organismo presidido por Rodrigo Buenaventura advertía a la empresa dirigida por Fernando Romero de que el informe forensic de Deloitte incluía un relato de hechos y evidencias "de gran trascendencia" para los accionistas de EiDF.

De ellos, destacaba las evidencias de "posible falseamiento de documentos por parte de la compañía, dada su especial relevancia". En relación con ello, añadía que PwC, el auditor de las cuentas del grupo, había tenido en cuenta este forensic en su trabajo, "que se ha materializado entre otros aspectos, en una limitación al alcance de su opinión de auditoría, dadas las debilidades de control interno identificadas en el forensic en estas materias".