Bruselas

Salga como salga, el Consejo extraordinario de ministros de Energía que se celebra este jueves en Bruselas, dejará vencedores y vencidos, y ahondará en las "divisiones internas" de la UE. O gana la Comisión, con su propuesta de tope al gas, o gana España, junto a una quincena de países rebeldes.

Sólo así cabe interpretar la afirmación y la advertencia de Teresa Ribera: "Ese mecanismo provocará que suban los precios, no que bajen; estoy convencida de que no aprobaremos dos patas sin la tercera y principal".

De hecho, la vicepresidenta tercera llegaba a las puertas del edificio tres cuartos de hora más tarde de lo inicialmente previsto, tras mantener una reunión de los rebeldes.

Con la vicepresidenta a la cabeza, una quincena de ministros de Energía decidió bloquear dos de las tres propuestas de la Comisión Europea: la de la aceleración de las energías renovables y la de los mecanismos de solidaridad reforzada entre países.

El objetivo será forzar el rediseño completo de la tercera, la del tope al gas, "que es el elemento central que da origen" a las otras dos.

Tal como informaba este periódico, la rebelión es masiva dentro de los Veintisiete. Pero es que, además, la propuesta de la Comisión Europea ha logrado reunir a una quincena de países que se sienten agraviados por ella. Entre ellos, Francia, Italia, BélgicaGrecia, Polonia... y por supuesto, de la mano, España y Portugal.

El documento sobre el tope al gas llegó "tarde y mal". El de renovables "es confuso y promueve la inseguridad jurídica". Y el de solidaridad "plantea incluso entregas forzadas" desde países que, como España, han hecho sus deberes, sin ofrecer compensaciones adecuadas... ya que el núcleo de toda esta nueva regulación se pretende dejar para más adelante.

España se niega a aprobar los dos primeros y permitir que Alemania y Países Bajos -además de los nórdicos- se salgan con la suya. "No tiene sentido que aprobemos una parte y que la otra, que es la principal, se mantenga en el aire sin un horizonte". 

Así lo expresaba Ribera ante la prensa a la entrada del Consejo. Desmontando, con palabras durísimas, el planteamiento de la Comisión. Según la vicepresidenta, Bruselas ha trabajado "demasiado lento" y además el documento "no cumple ninguno de los planteamientos que le fueron demandados por el Consejo de Energía", es decir los ministros, "y el Consejo Europeo", o sea los jefes de Estado y de Gobierno.

"Parece diseñado para que nunca se pueda aplicar", dijo antes de remachar: "Y además, sus efectos serían provocar una subida de precios, justo lo contrario de lo que buscamos".

Presión a España

Además, los planes de la Comisión juegan a favor de la presión que ejercen Berlín y Ámsterdam sobre la llamada "excepción ibérica". Ese mecanismo es sólo transitorio y no le queda más de un año de vigencia. El tope al gas para todos propuesto por la Comisión es el que lo debe sustituir, pero no gusta nada en Madrid ni en Lisboa.

Y el empeño de Bruselas es que este jueves se apruebe todo: las propuestas de renovables y de solidaridad para su entrada en vigor, y la del tope al gas para su desarrollo.

El tope al gas que plantea Bruselas funciona con una doble llave de seguridad. Para activarse, el precio debe superar el umbral de 275 euros/MWh durante dos semanas seguidas. Pero, además, debe marcar un diferencial medio de 58 euros respecto al mercado internacional del gas natural licuado durante 10 de estos días. Se trata así de evitar que los buques metaneros se desvíen de la UE hacia Asia.

Los efectos de tal diseño, según la vicepresidenta del Gobierno español, serían los siguientes. "Si Europa tiene que esterar dos semanas sufriendo precios superiores a 275 euros, ya no importará lo que hagamos porque no lo habremos podido aguantar".

Y además, un umbral fijo y tan alto "lo único que hace es emitir a los mercados el mensaje de que estamos dispuestos a comprar así de caro... incentivando la subida de precios".

Por eso, la propuesta de Ribera se basa en "un precio dinámico". Es decir, en ir tomando las medias de los precios diarios en diferentes plazas internacionales para fijar la base "y añadirle un plus que asegure que Europa sigue siendo competitiva para los suministradores".

Cambio de la presión

A pesar del enorme enojo que mostraba Ribera y de las advertencias de que la Comisión iba a escuchar "reproches durísimos" dentro del Consejo, la titular española de energía se mostraba optimista. Probablemente por el bloque de 15 rebeldes que suman más del 55% de Estados miembros y del 65% de la población, clave para forzar bloqueos en el Consejo

"La UE vive uno de los momentos más complicados de su historia", concluyó antes de entrar en la sala de reuniones.

"La manera en que se ha construido la política energética comunitaria y de hasta qué punto se ha respetado la política nacional en este campo explica las distintas posiciones", reprochó. "Pero en esta división en la que estamos, la honestidad de las conversaciones es tan fuerte como la intención de llegar a un acuerdo".

Eso sí, haciendo caso a Ribera, el acuerdo no será hoy, sino "en dos o tres semanas de discusiones técnicas". O lo que es lo mismo, a las puertas del invierno... lo que cambia el peso de la presión a alemanes y holandeses, donde las restricciones ya han empezado.