Los ministros de Finanzas de los países del G7 (Estados Unidos, Alemania, Francia, el Reino Unido, Italia, Canadá y Japón) han decidido imponer un tope -es decir, poner un precio límite- a las exportaciones de petróleo ruso. El objetivo de esta medida es evitar que el Kremlin se haga con cuantiosos ingresos a medida que aumenta el precio del barril de crudo.

Ya lo adelantó el pasado miércoles la portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, y ahora las siete principales economías del mundo han adoptado la decisión. Sin embargo, todavía se desconoce cuál será el precio dado que el comunicado emitido por el G7 no lo explica. Al parecer todo dependerá de lo que dictamine una comisión técnica.

"Hoy confirmamos nuestra intención política conjunta de finalizar e implementar una prohibición integral de los servicios que permiten el transporte marítimo de petróleo crudo y productos derivados del petróleo de origen ruso a nivel mundial", dijeron los ministros del G7.

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Aunque los representantes de las principales economías del mundo no han dado ningún detalle, sí han explicado que el precio tope estará "específicamente diseñado para reducir los ingresos rusos y la capacidad de Rusia para financiar su guerra de agresión".

A la vez, los miembros del G7 pretenden que el tope al petróleo ruso "limite el impacto de la guerra en los precios globales de la energía, particularmente para los países de bajos y medianos ingresos".

Precios disparados

Los precios de la energía se dispararon tras la decisión de Moscú de invadir Ucrania a finales del pasado febrero. Rusia, país exportador de materias primas energéticas, se ha beneficiado de esos incrementos y el Kremlin ha obtenido fondos extraordinarios para financiar el conflicto bélico.

A pesar de que los precios del petróleo se han enfriado en los últimos tres meses, el crudo Brent, el de referencia en Europa, todavía se mantiene en torno a los 100 dólares por barril.

El gas natural en el mercado holandés, también el estándar en el Viejo Continente, ronda los 215 euros por megavatio hora (Mwh). El precio es más de cuatro veces superior al de hace justo un año.

Estados Unidos, la Unión Europea (UE), Canadá y el Reino Unido ya han aplicado respectivamente un embargo a casi todo el petróleo de Rusia y ahora buscan de forma colectiva, junto al resto de potencias, restringir el acceso de Moscú a servicios que le permiten exportar su crudo a otras partes del mundo.

Convencer a más países

Una vez que el G7 ha hecho oficial la decisión de topar el precio del petróleo ruso, los diplomáticos tendrán que convencer a los países miembros de la UE para que modifiquen el último paquete de sanciones contra Rusia.

No será fácil obtener el pleno respaldo europeo. Hungría retrasó la aprobación de las últimas medidas europeas contra Moscú durante semanas. Finalmente, Bruselas tuvo que ceder a las exigencias del primer ministro húngaro, Viktor Orbán, para que su país aceptase el veto al crudo ruso. Budapest ya ha señalado que se opondrá a cualquier tope en el precio del petróleo.

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Los líderes del G7 ya anunciaron en junio que examinarían la posibilidad de topar el petróleo ruso. Pero el canciller alemán, Olaf Scholz, ha insistido en que limitar los precios solo funcionará si el plan cuenta con el apoyo de países ajenos al grupo.

La presidenta de la Comisión Europa (CE), Ursula von der Leyen, ha celebrado la propuesta del G7 e incluso ha dado un paso más al declararse partidaria de extender la medida al gas.

Amenazas de Rusia

Rusia ha redirigido una gran parte de sus exportaciones de crudo y productos de petróleo a países de la región de Asia-Pacífico, después del inicio de su invasión de Ucrania en febrero y de las consecuentes sanciones por parte de Occidente. Por eso, el respaldo de grandes compradores de petróleo ruso, como India y Turquía, se considera esencial. 

La respuesta de Rusia al plan del G7 no se ha hecho esperar. El Kremlin ha calificado este viernes de "absurda" la posible introducción de topes al precio del petróleo ruso y ha advertido de que la medida desestabilizará el mercado mundial de crudo.



"Podemos decir una cosa con certeza: la adopción de tal decisión conducirá a una desestabilización significativa de los mercados petroleros", dijo el portavoz de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov, en su rueda de prensa telefónica diaria.



El viceprimer ministro ruso Alexander Novak calificó el jueves también de "absurdas" las propuesta de imponer un tope al precio del petróleo ruso y advirtió de una desestabilización del mercado en términos similares a los empleados por Peskov.

Sin embargo, fue más lejos en su valoración al amenazar con suspender el suministro de crudo y productos derivados a Occidente si se limitan los precios.