Bruselas

Los jefes de Estado y de Gobierno de los 27 se han comprometido este martes a impulsar las interconexiones energéticas entre España y Francia. El objetivo declarado consiste en aprovechar plenamente el potencial de la Península Ibérica a la hora de contribuir a la seguridad de suministro del conjunto de la UE, justo cuando Bruselas intenta desengancharse totalmente del petróleo y del gas ruso.

No obstante, el Consejo Europeo no ha fijado plazos para el despliegue de nuevos cables y gaseoductos, ni tampoco aclara quién pagará las nuevas infraestructuras. Estas decisiones se aplazan indefinidamente hasta que los reguladores elaboren un informe sobre la cuestión. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha vuelto a pedir que sea Bruselas la que financie las interconexiones de la Península Ibérica.

En las conclusiones aprobadas al término de la cumbre, los líderes europeos reclaman "completar y mejorar la interconexión de las redes europeas de gas y electricidad, mediante la inversión en infraestructuras para proyectos nuevos y existentes, tanto de gas natural licuado (GNL) como de electricidad y de interconexiones de gas preparadas para el hidrógeno".

Estas interconexiones deben servir para "aprovechar el potencial de la Península Ibérica para contribuir a la seguridad de suministro de la UE". Además de un gaseoducto directo con Argelia, España tiene 6 terminales operativas de GNL (la cifra más alta de todos los Estados miembros), que representan el 42% de la capacidad total de la UE. Pero la falta de interconexiones impide que el gas fluya hacia los países de la Europa Central y del Este, los más dependientes de Rusia.

La mención expresa a España y Portugal no figuraba en los últimos borradores de conclusiones de la cumbre. Se ha introducido en las horas finales del Consejo Europeo a petición de Sánchez y del primer ministro portugués, António Costa. Ambos líderes están a la espera de que Bruselas autorice en los próximos días la denominada "excepción ibérica": un tope al precio del gas para rebajar la factura de la luz.

Optimizar el mercado

"La posición del Gobierno de España ha sido siempre la misma. Si tenemos menos del 4% de interconexiones y por tanto somos una isla energética, si además han sido los contribuyentes españoles los que han tenido que pagar a lo largo de estas últimas décadas nuestra capacidad de regasificación y de almacenamiento del GNL, creo que le toca a la propia UE pagar esas interconexiones", ha defendido el presidente del Gobierno al término de la reunión.

"La propia Comisión Europea así lo ha planteado en su plan REPowerEU y, por tanto, nos alegra el que se haya reconocido que tiene que ser la UE la que tiene que pagar esas interconexiones. Entre otras cuestiones porque estamos hablando de capacidades financiadas con el esfuerzo de los contribuyentes españoles que vamos a poner a disposición de la UE con esas interconexiones", ha resaltado Sánchez.

El presidente del Gobierno ha vuelto a reclamar una reforma en profundidad del mercado eléctrico europeo para desconectar el precio de la electricidad y el del gas. Una medida que ha vuelto a ser descartada por Bruselas hace apenas unas semanas.

Pese a las reticencias del equipo de Ursula von der Leyen, los líderes europeos piden de nuevo al Ejecutivo comunitario que "prosiga el trabajo en la optimización del funcionamiento del mercado europeo de la electricidad -incluyendo los efectos en él del precio de la electricidad, con el fin de que esté mejor preparado para resistir en el futuro un exceso de volatilidad".

Tope al precio del gas

Cualquier eventual reforma, prosiguen las conclusiones, debe contribuir a garantizar una electricidad a precios asequibles, preservando al mismo tiempo la integridad del mercado único, manteniendo los incentivos para la transición verde y garantizando la seguridad de suministro, sin incurrir en costes presupuestarios excesivos.

Finalmente, los líderes europeos reclaman a Bruselas acelerar los trabajos para poner en marcha la plataforma de compra conjunta de gas, cuyo objetivo es reforzar el poder de negociación de la UE frente a los proveedores de GNL, garantizando así mejores precios. En este sentido, los jefes de Estado y de Gobierno piden "explorar" la introducción de un tope temporal al precio del gas importado.

Una medida que debe pactarse con el mayor número posible de socios internacionales para impedir que Rusia y otros proveedores desvíen el gas a aquellos países que no imponen ningún tope.

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