El presidente de Iberdrola, Ignacio Galán, ha anunciado en el Foro Económico Mundial de Davos que invertirá 3.000 millones de euros en hidrógeno verde para acelerar el ‘European Green Deal’. Galán ha señalado que el hidrógeno verde es ahora el gran desafío europeo, una oportunidad y que debe diseñarse un marco estable europeo para potenciar las inversiones en esta tecnología.



El presidente de la energética ha querido recalcar que en los usos energéticos difíciles de electrificar el hidrógeno verde traerá enormes oportunidades industriales y que no podemos perder ese tren, para lo que se necesita atraer la inversión y un marco regulatorio estable, al igual que para el resto de las tecnologías verdes.

Además, ha insistido en que la actuación coordinada de la UE es fundamental para lograr los ambiciosos objetivos en hidrógeno verde, que pasan por multiplicar por 2.000 la capacidad de producción de hidrógeno verde.



Iberdrola ha sido pionera en esta tecnología, con la inauguración el pasado 13 de mayo de la mayor planta de hidrógeno verde para uso industrial en Europa. Su capacidad se sitúa en los 40 MW, y el objetivo de Europa es alcanzar los 40.000 MW en los próximos 10 años.



Estas inversiones se han acordado en el marco de la firma del manifiesto para acelerar el Pacto Verde Europeo ante la tensión de los mercados energéticos. Los miembros del Grupo de Acción de CEO para el Acuerdo Verde Europeo están dispuestos a trabajar junto con los responsables políticos para transformar Europa en un continente más verde.

Quieren convertir las graves necesidades energéticas y los riesgos de la seguridad alimentaria mundial en oportunidades económicas. Los miembros del Acuerdo han reforzado su compromiso de acelerar la transición verde de Europa y están dispuestos a apoyar a los gobiernos europeos en la elaboración de políticas que sean "adecuadas para el propósito".



El Pacto Verde Europeo, apoyado por Iberdrola y acordado en 2020, ha recibido un impulso para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero de, al menos, un 55% en 2030 y eliminarlas completamente en 2050.

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