La gira de Pedro Sánchez por siete capitales europeas no ha dado el resultado esperado, sobre todo tras la escala en Berlín, con el canciller Olaf Scholz. Su "amigo personal" y 'colega' socialista con el que se proponía "inaugurar una etapa de soluciones socialdemócratas para Europa", le dijo no a desacoplar el gas del mix de costes energéticos y rechazó la propuesta de ponerle un tope al precio de esta fuente de energía. Sólo se abrió a la posibilidad de las compras mancomunadas y de estudiar el recrecimiento de las reservas comunes de gas a nivel europeo. Por ello, el presidente español ya planea medidas que podría tener que tomar por su cuenta

El apoyo mostrado por la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, en su visita a Madrid el pasado 5 de marzo, se puede quedar en nada. Todo y a pesar de que la comunicación de la Comisión de la semana siguiente copió casi letra a letra el decreto que en septiembre aprobó el Consejo de Ministros a propuesta de la vicepresidenta tercera, Teresa Ribera. Lo que se dio en llamar "el hachazo a las eléctricas" o, según Unidas Podemos, acabar con "los beneficios caídos del cielo".

A la vista de la negativa de una mayoría de los Veintisiete, liderados por Alemania, Sánchez prevé descolgarse de las medidas comunes europeas y topar el gas de la mano de Portugal.

Madrid y Lisboa comparten gran parte de las dificultades -al ser la Península una "isla energética", en palabras de Ribera-, de las circunstancias -en el sur de Europa son más habituales los contratos a corto plazo, lo que hace que los precios mayoristas incidan más directamente en el mercado real que en el norte de Europa- y de las soluciones -ambos países comparten una especie de mercado ibérico de la energía-.

Tal como ha podido saber este periódico por fuentes del Ministerio de Transición Ecológica, las propuestas que ha llevado Sánchez desde el pasado miércoles a Bratislava, Bucarest, Roma, Berlín, París, Bruselas y Dublín "han evolucionado y se han asentado" tras debatirlas con los primeros ministros y con la propia Comisión. El objetivo de Ribera es "lograr que la distorsión del gas incida menos en el mercado mayorista sin que eso afecte al mercado único energético europeo".

Ajustes

Así, según estas fuentes, lo más sencillo para España sería que ponerle "un tope al precio máximo al que pueden ofertar electricidad las centrales de ciclo combinado", y que lo que se quede de más fuera del pago inicial "se lleve a un ajuste ex-post".

Es decir, un nuevo déficit de tarifa sufragado por la vía de los Presupuestos o repercutido en los llamados "beneficios caídos del cielo" de las eléctricas, una vez más.

El Gobierno es consciente de que, aunque haya un mercado energético común en Europa, la referencia de los precios de gas sobre el resto de energías afecta más a unos países que a otros. "Eso hace que algunos países apuesten más por unas medidas a largo plazo, como son las reservas y las compras comunes".

En todo caso, la buena acogida que logró Sánchez en Roma a sus soluciones, en la reunión que tuvo con Mario Draghi, António Costa y Kyriakos Mitsotakis el pasado viernes, ha dado impulso a un nuevo frente de los antiguos PIGS, que ahora se presentan como solución y no como problema, para aportar propuestas.

Plan español

Si el objetivo es rebajar los precios de la energía, y en septiembre toda la Unión rechazaba el plan español, ahora hay ya "un gran número de países que entienden nuestra solución", añaden las fuentes, "porque les está empezando a afectar el mismo efecto que a nosotros".

Así, Moncloa confía en que aún Sánchez pueda convencer a los socios europeos, ya que "el conflicto con Rusia va a ser largo" y las soluciones al problema de autonomía energética "deben ser comunes, europeas, y no individuales". Todo ello a pesar de que el presidente, de momento, se arriesgue a salirse del redil comunitario... entre otras cosas, porque el margen fiscal con el que cuenta su Gobierno es cada vez menor.

Por otro lado, la vicepresidenta tercera ya comentó este martes en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, que "lo lógico es que las eléctricas participen" de la solución a los altos precios de la energía.

Ribera, de hecho, retrasó la comparecencia porque se alargó su reunión con los representantes de Iberdrola, Naturgy y Endesa. La titular del ramo no quiso aclarar ante la prensa de qué manera preveía "hacerlas participar" de la solución. Pero fuentes del Gobierno aclaran que desde Moncloa se le ha prohibido siquiera plantearse la opción de un nuevo impuesto especial a estas compañías, como reclama Unidas Podemos.

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